Llegando, con Luna.

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Llegamos a su casa y lo dejé apoyado contra la pared, junto a la puerta mientras comenzaba a rebuscar en los bolsillos de sus pantalones, las llaves.
-¿Dónde están?-pregunté al ver que no estaban en los bolsillos delanteros

Suspiré y probé con los bolsillos traseros del pantalón donde las encontré y abrí la puerta.
-Sube a darte una ducha mientras yo te preparo un cafe-dije encendiendo las luces del lugar

Sonreí divertida y lo ayudé a incorporarse y comenzar a subir peldaños hasta el cuarto de baño
-No pienses cosas raras, solo te ayudare a ducharte-contesté divertida entrando al baño y sentándolo en el retrete mientras abría los grifos de la ducha

Rodé los ojos y le terminé de desabrochar el pantalón
-¿Podrías poner de tu parte?-pregunté deslizándoselos con cuidado mientras el tenía sus manos en su nuca

Reí divertida y tras dejarlo solo con los calzoncillos, lo metí en la ducha con un movimiento rápido. Cogí la alcachofa de ducha y comencé a mojarlo riendo divertida pues el agua estaba fría para intentar que se la pasara el pedo.

-¡No, no, no!-exclamé cuando dijo aquello y al cogerme por la cintura empecé a patalear, sintiendo el agua fría mojándome.
No pude evitar reír mientras seguía luchando por mojar más a Luc, pero era difícil al estar rodeada por sus brazos

-No...-susurré cerca de sus labios perdiéndome en su mirada. Estaba bebido, no sabía lo que decía... no podía hacerle caso

-Sí, pero así no...-dije dando un paso hacia atrás en la estrecha ducha, quedándo contra la pared.
-¿Cómo te encuentras?-pregunté a cerca de su borrachera, intentando cambiar de tema

Suspiré y salí tras él cogiendo una de las toallas.
-Luc, te tomo enserio pero es que has bebido y mañana puedes no recordar nada-dije envolviéndome en ella, intentando secar mi ropa y mi pelo.

Al ver como se dejaba caer me asusté y corrí a sujetarlo, en momentos así adoraba ser un vampiro.
-¿¡eres idiota?!-pregunté dejando que las lágrimas se derramaran por mis mejillas.

Al ver lo que había hecho y lo mal que me lo había hecho pasar a mí le di una bofetada.
-No vuelvas a hacer algo así-grité llorando con fuerza. ¿Cómo podía dudar de que me importaba?
Comencé a caminar hacia la puerta, enfadada con él y conmigo misma

-¿¡A qué quieres que me arriesgue!?-exclamé girándome para encontrarme su rostro cerca del mío y su cuerpo atrapándome entre él y la puerta, la cual estaba boqueada por su mano