Un nuevo lugar [Libre]

Coca cola - sonreí timidamente.

Escuché su pregunta y respondí tras beber un poco de coca - Pues.. no mucho. Hará unas dos semanas que estoy viviendo aquí, antes estaba a la deriva - sonerí y bebí un poco más.

Escuché atentamente su pregunta y respondí con una voz suave de mi interior: - Si, esta ciudad está llena de seres sobrenaturales, pero entre nosotros habitan también humanos; por eso no podemos realizar muchos poderes en la calles céntricas - comenté con una sonrisa de lado.

Me saqué mi abrigo al escuchar sus palabras y dejé que mis alas se desplazaran, todo aquello tan sólo porque no me gustaba decir la palabra "ángel".
Noté como me miraba, de una manera partícular, que no podía llegar a imaginar - Disculpa si no te gusta que ... -no sabía como indicar el desplazamiento de mis alas, por lo que las señalé y luego poco a poco, volvieron a introducirse en mi espalda. Bajé la mirada y bebí un poco más de coca.

Sonreí ladeadamente y comenté: - perdón por el hecho es que no me gusta utilizar la palabra de mi raza... - miré la copa que estaba por la mitad - me trae recuerdos que no quiero recordar en estos momentos.

Me sorprendí al escuchar aquellas últimas palabras, pues un ángel que luego se transformó en demonio... Me resultaba algo realmente extraño y sorprendente, me causaba intriga, pero quizás no debería preguntar acerca del tema, aunque relamente estaba muy intrigada, y yo era una de esas personas las cuales, no podían tener una duda.
Pero.. ¿cómo fue eso posible? Digo... -suspiré y continué después de unos segundos - ahora eres un demonio, si no me equivoco.

Comprendí instantaneamente - Entiendo, son decisiones propias; me parecen las mejores - sonreí y lo miré a los ojos, que aún no había notado cuán bellos eran, tanto como él.

Sonreí levemente y bebí el último sorbo que quedaba en mi vaso.

Aquel silencio incómodo, inundaba la habitación, hasta que su voz grave, pero suave, retumbó por unos segundos, atentamente comenté: - Pues, nose que te pueda llegar a interesar, si quieres, pregunta lo que quieras saber - sonreí y me tiré todo el cabello hacia un lado

Soy de una nubecita en el cielo - reí entre dientes, aquello parecía un cuento infantil - aunque ahora voy poco y nada, pues mis padres han muerto y estoy buscando a mi hermana; vivo sola, aunque tengo un primo que me cuida lo suficiente y no, no tengo novio. - Nos miramos fijamente y luego acoté: ¿Y qué hay de ti?

Pues.. claro - exclamé un poco distraída

Sonreí al escuchar todas sus respuestas. Al cabo de unos segundos, para quebrar aquel silencio que reinaba en la habitación decidí preguntarle: - ¿Qué te ha traído a esta ciudad? - algo curiosa esperé su respuesta.

Comprendo... - comenté tras su respuesta corta, quizás no quería tocar el tema; pues yo no lo haría, no era de mi incumbencia.
Me acomodé el cabello y lo miré nuevamente a los ojos, sin decir ninguna palabra. Ambos nos encontrabamos un poco incómodos con aquel silencio, por lo que pensé que quizás allí, yo era una molestia; pues él recién llegaba y tendría que acomodarse. Me levanté de la silla y esperé a que Anthony dijera o hiciera algo.