Descubriendo el lago... (Libre)

Había salido a caminar, todavía no sabía que me había traido hacía este lugar. Mire a ambos lados y al final decidi sentarme frente al hermoso lago que había encontrado hacia unos minutos.

- ¿Qué hago aqui? - me dije, sabía que tenía algo que encontrar mi instinto me lo decia, sin embargo todavía no sabía que era.

Me encontraba sobre una roca, acostada, mirando las nubes moverse, intentando crear formas con sus pomposos pedacitos de algodón. Recordaba las nubes como mi ciudad natal, y tanto la extrañaba.. Un viajecito de regreso... Un silencio me hacía parecer estar allí, hasta que a lo lejos, pero no tan lejos en realidad, escuché una voz suave y femenina, con tono de pregunta, aunque no escuché detalladamente y no reconocí qué pregunta era.
Me levanté, quedando sentada, y dejando a la vista mi cabeza por sobre los pastizales, y observé a una muchacha joven, muy bonita y decidí presentarme, antes de que pensara que era alguien malo y decidiera atacarme. Levanté un brazo y exclamé en voz alta: Soy Emily, y tú? - mi rostro mostraba una sonrisa y un azul brillo que aún continuaba en mis ojos, por lo sucedido algunos minutos atrás.

De pronto un olor llegó hasta a mi, algo cambió en la atmósfera, y una voz me saco de mis pensamientos. Paré el tiempo, lo mejor era asegurarse de quién era aquella dulce joven que se acercaba a mi.

Di un par de vueltas rodeandola sin dejar de mirarla, no era un vampiro, pero su esencia me resultaba conocida. Descongele el tiempo después de volver a mi sitio. Había comprobado que no llevaba estacas, ni armas que pudiesen herirme asi que sonreí con sinceridad

- Soy Mirabella, Mirabella Salvatore - le dije dulcemente haciendole una señal para que se sentase a mi lado si queria

Me acerqué a donde se encontraba ella - Emily Kloss - dije sonriendo y me senté a su lado, dejando mi mochila en el piso, entre mis piernas. -Eres nueva por aquí no? - pregunté curiosa.

Vi como se sentaba sin dejar de sonreir mientras con una mano tocaba el agua que quedaba cerca, limpia, cristalina.

- Tienes buen ojo - dije divertida - debo llevar un cartel en la frente que pone FORASTERA - dije mientras pasaba la mano por mi frente simulando el cartel - pues si llegue ayer ¿y tú, llevas mucho aquí?

Reí ante su chiste y luego contesté - Unas semanas llevo dando vueltas por aquí, una ciudad muy extraña sabes? - Exclamé sin quitar los ojos del agua.

Me interesé totalmente por sus palabras, ¿con qué una ciudad extraña eh? Necesitaba saber cualquier cosa que hubiese pasado, pero no quería parecer desesperada por saberlo.

- ¿Extraña? No puede ser mucho más extraña que cualquier otra ciudad - dije manteniendo mi voz calmada y siguiendo con mi voz dulce y mi tono bromista.

Pues... no creas que soy humana... - dije entre dientes. - Siento tu presencia, y sé que a estas alturas lo sabes, tanto como yo sé de tí. -Sonriendo giré mi cabeza y la observé a los ojos, que eran muy bonitos.

Sonrei, si ya había imaginado que sabría lo que soy.. era predecible, nos reconociamos entre todos, quizás pudiesemos tener alguna duda, si eran hibridos, pero distinguiamos a los humanos de los que no lo eran con gran rapidez..

- Cierto, ya sabía que no eras humana... - hice como que pensaba... - mmm... ¿ un angello? - dije en italiano

Exacto - sonreí y comenté al respecto: Hibrída? No puedo distinguir el clan totalmente, por lo que creo que tienes un poco de dos razas... -sonreí pensativa

Oh en serio se me notaba tanto, bueno tampoco era muy díficil, distinguirme, mi aureola gritaba ante la pelea que había creada dentro de mí.

- Efectivamente, il cielo e il inferno viven en mi - dije mirando el agua - Es díficil tener algo así dentro de uno

Sonreí - Claro... un poco de ambos lados, lo opuesto se atrae, ¿no crees? - pregunté interesada.

Suspiré, hoy me había levantado inusualmente buena. Me notaba rara al no sentir prácticamente a mi alma pelearse contra toda la bondad que desprendía il angello.

- Tengo muchos, muchos años - le dije aparentemente cansada - y todavía no puedo controlar mis dos partes todavía

Es que yo creo que debe ser muy difícil... son dos razas muy - pensé para no utilizar una palabra irrelevante - poderosas y ambas quieren dominar al ser opuestas, quieren vencerse una a la otra.

- Creo que me hace bien hablarlo contigo - dije sinceramente sin pensar - hoy al menos me estoy comportando.

No sabría si ella entendería la última frase, pero es que me hubiese costado mucho esfuerzo estar hablando con un ángel, un ser del bien, si mi mitad vampiríca hubiese sido más poderosa que la angelical en estos momentos.

Comprendo - la miré a los ojos y noté un cierto brillo entre lo verde de su íris. - Hace poco conocí a alguien como tú, pero realmente estaba en peores condiciones, no podía ni controlarse... -recordando a Edward, pensé y continué comentando: - Quería evitar aquellas dos razas y se convirtió en humano, dejando sus poderes en el fondo, pero un día no pudo más escnonderlos, y ambos comenzaron a luchar - dije con un tono de tristeza.

¿alguien había reprimido tanto sus poderes? Eso era fatal para la existencia de la persona.

- A mí no me queda otra que aceptarme a mi misma como soy - dije con seguridad, como siempre. - si no acabaría volviendome loca ¿no crees? Bueno eso si no lo estoy ya...

Pues no creo que estés loca, es que es difícil esta convivencia no? - dije mientras movía mis labios de lado a lado de forma juguetona - Pero bueno, quizás, algún día logres controlarte totalmente. - dije amablemente y con una sonrisa esbelta

Sonreí feliz, la chica me había caido muy bien, pero me asaltaba la gran duda de si el día que me levantase siendo "la vampiresa" la relación cambiase radicalmente.

- Pues muchas gracias - le dije sonriendo al verla jugar con sus labios, estaba muy graciosa - ¡vamos, te echo una carrera!

Le dije levantandome.

Asentí con la cabeza y comencé a correr tras ella, con una velocidad relativamente rápida para no tener poderes relacionados con ella.
Rápidamente llegamos al borde del lago, donde nos detuvimos y exclamé: - Nos metemos? - sonreí.

La mire sonriendo como si fuesemos otra vez niñas, jugando sin preocupaciones.

Hice que un poco de agua se elevara y la mojara las piernas.
Después me reí, la verdad la había empapado de cintura para abajo.

-¿Qué tal esta?

Reí y me dio un escalofrío el agua un poco fría; que a decir verdad, para un día como tal, era mejor un poco más tibia.
Eres muy graciosa - sonreí y la salpiqué un poco, ya que se encontraba en la orilla.

-Ahhh - grité divertida para después reirme - te vas a enterar - dije amenázandola de broma mientras avanzaba hacia ella.

La cogi en brazos sin ningún esfuerzo ya que entre mis poderes de vampiro se encontraba la fuerza, todos los vampiros la tenemos.

Avance un par de pasos en el lago y la tiré donde pensé que era lo bastante profundo como para que no se hiciese daño. Todo esto sin poder parar de reirme

Bella resultaba ser como una amiga de toda la vida, desde la infancia. Su personalidad era de aquellas que guardaban varias virtudes, que juntas hacían a una persona maravillosa.
Nos podíamos parar de reírnos y mojarnos - Esto es muy divertido- dije mientras me corría el cabello mojado de mi rostro

Después de estar jugando y haciendo el tonto un rato me puse a nadar sin moverme del sitio, y me eché el pelo hacia atrás ya que lo tenía tapandome los ojos y no veía nada.

- Vaya pelos - dije riendome al verla quitarse ella también el pelo de la cara - ¿y a qué te dedicas Emily?