Un día de playa [libre]

Llego a la playa, desde mi casa venía a un ritmo elevado. El clima era seco, hacía un calor insufrible y decidí ir un rato a la playa.
Al llegar, sudando, me meto al mar de golpe y nado unos minutos, al rato salgo del mar y coloco mis cosas. Me hecho el bronceador mínimo, para que mis musculitos y piel esten bien morenitos. Me tumbo en la toalla. Tras una hora, me meto en el mar, al rato salgo me seco y ando hacía no se donde.

Paseando por la playa, veo a Rebecca creo que era. Me acerco y la saludo. A continuación me quito la camiseta y me quedo en bañador. Hacía un día caluroso y me apetecía tomar el sol.

Me desempano al ver que hay una chica más, escucho la conversación.
-Buenas, encantado, soy Danny- digo sonriente.

Aqui son adivinos, ¿o qué? Buah me daba igual. -¿Qué, os vais a quedar hay todo el día? Vamos a bañarnos, os quedareis fritas.

Me parecía bien que viviesen juntas, una nueva gran amistad posible. -Si quereis algún día quedamos en mi casa o por la ciudad- digo sonriendo. A continuación corro como un loco sin vergüenza alguna hacía el mar. Nada más dejar de hacer pie nado de un lado para otro. Tras un rato nadando me acerco a las chicas.

Las despido y me meto de nuevo al mar y hago unos largos imaginarios durante una media hora. Al rato me pongo mi camiseta y ando hacía mi casa.

Llego a la playa mientras respiro profundamente para que me llege el olorcillo a mar. Me quito la camiseta y me tumbo en mi toalla.

Fraiah había estado varios días desaparecida, y no era que lo había estado por algún viaje o por algún tipo de diversión, sino que había estado escondida, puesto que estaba sola, y todo era cada vez mas inseguro para ella.

Algunos ya la habían descubierto, y por eso mismo se escondió, pues no quería comprometer a nadie, y lo que era peor, hacía demasiado que no veía a James. Él le había prometido volver, y no lo hizo.

Con las lágrimas a flor de piel decidió salir de su refugio, y caminó hasta llegar a la playa, el último lugar en el que había estado.
El viento le alborotaba el cabello dorado, y su expresión era de total neutralidad. Tenía que ser fuerte quiera o no.

Veo a una chica que aparentaba ser maja además de su belleza. Me puse las gafas de sol y me acerco a ella.
Cuando llego hasta ella la saludo. -Muy buenas, soy Danny, más que encantado- dije sonriendo.
Últimamente conocía gente.

Suspiró sintiendo aquella brisa fresca, y se sobresaltó al oír una voz de repente, por lo que volteó a verlo y parpadeó un par de veces, alejándose unos pasos con cierta desconfianza.
- Ho.. hola - musitó con calma, en un tono de voz suave.

El chico no parecía ser malo, pero definitivamente tanto tiempo sin socializar con nadie lo que caía para nada bien.
- Es un placer.. soy Fraiah - dijo y extendió su mano para estrechar la suya. Nunca perdía la cordialidad.

Observo como la chica se da un pequeño susto y continuo como si nada. La estrecho la mano suavemente.
-Bueno, yo llevo poco por aquí, ¿qué tal lo llevas por aqui?- digo para iniciar una nueva conversacióm.
Esperaba ganarme toda la confianza de la chica, no para nada malo, si no para tener una nueva amistad.