¿Café con un ángel... o con un vampiro?

Llegué a la cafetería y pedí en barra un mocca blanco muy caliente, no me gustaban las cosas templadas... o frías o calientes.
Me senté en una mesa mirando al exterior. Hacía un día frío y nublado, pronto llovería y antes de terminar de pensarlo, las gotas empezaron a precipitarse

Me sorprendí al leer la mente de aquel chico y no pude evitar sonreir ante lo de "sugerente pelirroja" ¿quería jugar?. Cogí mi vaso y fui hasta su mesa con mi sonrisa aun pintada.
-Hola...-susurré contestando a su saludo y me senté frente a él

Reí divertida ¿se intentaba hacer el macho conmigo? mal empezábamos...
-No me has interesado por tu belleza si no porque eres como yo o al menos a medias-dije sonriendo antes de dar un sorbo a mi bebida, sabía perfecta

Este chico si que era apasionado, acababamos de conocernos, bueno aún no, y ya me deseaba demasiado. Le ofrecí mi mano mientras pasaba la lengua por mis labios de manera sensual humedeciéndolos.
-Luna Armstrong, un gusto

Me sonrojé al ver como besaba mi mano pero cuando creó aquel pensamiento en mi cabeza no pude evitar reir
-Solo diré en mi defensa que jamás me comí a nadie, ni si quiera un mordisquito-dije divertida y le guiñé un ojo. Era juguetona pero sin hacer daño a nadie

Miré sus colmillos, le quedaban bastante bien, parecía peligroso incluso
-Prefiero otro tipo de diversión-comenté mordiéndo mi labio y acariciándo su pierna con mi pie de manera sensual.

Me apoyé en la mesa acercándo mi rostro al suyo y dejando ver el inicio de mis pechos de forma provocativa
-Si quieres vamos a mi casa y te muestro-susurré humedeciendo mis labios con mi lengua sin alejar mi mirada de la suya

Cuando me besó respondí a él con la misma pasión pero nos separamos rápido levantándonos para ir a mi casa.
Tomé su mano guiándolo hasta mi hogar