Encuentro sombrío (Jared)

Fraiah había decidido esa noche ir a llevarle flores a sus difuntos padres.

Caminó atravesando la peligrosa ciudad, sus tenebrosas calles, hasta que llegó al Cementerio.
Al entrar, la brisa nocturna revolvía su cabello, pero una capa que llevaba consigo permitía hacerla pasar desapercibida entre las sombras.
Que valentía para venir a las 3 am a un lugar así, y justo las 3 am, la hora en donde según rumores populares, aparece el mismísimo demonio.

Se arrodilló frente al sitio donde descansaban los restos de sus seres queridos, y depositó las rosas blancas allí.

En aquel silencio del lugar, una voz.. esa voz.. irrumpió haciéndola estremecer.
Se volteó y lo miró, sin quitar sus ojos claros de los suyos.
Se trataba de Jared, aquel hombre resentido, agobiado, malvado, que sólo quería ver el sufrimiento de la gente.

Fraiah quedó sentada en el suelo, frente a él, pero aún ocultando su rostro bajo el manto de aquella capucha negra.
Sin decir una sola palabra, sólo lo miraba.. No entendía como alguien como él, podía ser tan oscuro, siendo que antes, en alguna ocaciones, había demostrado cierta humanidad con ella.

- Jared..- se atrevió a murmurar luego, bajito..

Obvió sus palabras, aquellas que decía con tal dejo de maldad, tan sobrador, siempre insinuando ser mas que los demás.
- Hace tiempo me opaqué, raro que no lo hayas notado - dijo mirándolo, sin apartar su gélida mano, que se situaba cerca de su mejilla, quitando la capa negra que cubría su blanco rostro.

¿Su salvador? Por favor..

Lo miró sin abandonar su posición en el cesped verde, que parecía tan oscuro por la noche, y sólo era iluminado por la luna fúnebre de aquel día.
- Ya basta Jared, déjame en paz. Ya tienes todo lo que quieres.. ¿o te falta algo? - dijo seria, mirándolo a los ojos, pero intentando irritarlo, pues él no era un hombre completo, ya que nunca nadie lo había amado en serio, pues todas buscaban sólo poder y gloria, su poder y gloria.

Ante tal acto de burla y resentimiento, ella sólo lo miró por unos instantes, con un dejo de tristeza -por él y por ella a la vez- y bajó la mirada, sonriendo amargamente.
- Y a mi me faltan tantas cosas.. y sin embargo no las ando divulgando por ahí..- comentó algo irónica, y volteó a ver un árbol lejano, como si la presencia del mísmisimo Rey del infierno no le molestase, no le importase o simplemente no le diera temor.