Edurne McCartney

Nombre completo: Edurne Sharon McCartney.
Apodos: Absenta.
Edad: 21.
Raza: Bruja.
Poderes: Controla los elementos, telekinesia y poderes curativos.
Descripción física: No demasiado alta, pero tampoco muy baja, de liso cabello castaño y largo, rasgados ojos color miel, nariz respingona, piel suavemente morena, de busto generoso y caderas ensanchadas, con largos dedos de pintora, piernas largas y de complexión delgada pero no flaca, con ciertas curvas en su figura. Luce siempre un aspecto gótico, con ropajes oscuros que recuerdan al siglo XIX, siempre maquillada con sombras oscuras y pintalabios rojos o negros.

Spoiler:

Descripción psicológica: Es apasionada, salvaje, rebelde, inteligente, terca, rencorosa (perdona pero no olvida), considerada, culta, feminista, excéntrica, irónica, ciertamente sensible, altruista, segura de sí, valerosa, divertida y constante. Posee un carácter dócil y tratable, entablar relaciones le supone una tarea difícil, silenciosa y prefiere escuchar a hablar. Es lujuriosa y tierna, muy progresista. Es difícil que llegue a odiar a alguien, ya que aunque cree que las personas son malas por naturaleza siempre intenta descubrir su lado más luminoso. Odia la violencia, cree en la paz y en la fraternidad, y es muy humilde y altruista. Tiene algunos episodios depresivos, pero aún así es optimista y alegre. Es ciertamente masoquista en el campo sexual.
Hobbies: Escribir, dibujar y fumar canutos.
Manías: Hacerse estallar los nudillos de los dedos.
Desagrados: A la guerra, a las injusticias y a los que maltratan a los animales.
Historia: Edurne nació en el lecho de una familia de clase media baja de Bristol procedente de un aquelarre de brujos elementales. Su nombre se lo puso su padre por haber pasado muchos años de su juventud en Bilbao, en España, trabajando como astillero. Su infancia la pasó en una casita pequeña del extrarradio con su padre, su madre y su hermana mayor, Gloria. En sus años de preescolar sufrió sus primeras adversidades, adjuntada a una clase de niños crueles y elitistas y con una profesora que creía en eso de “la letra con sangre entra”. A medida que iba creciendo, el colegio se fue convirtiendo en un lugar más cruel, y su casa era el único sitio donde podía esconderse de la crueldad de los seres más inocentes de la creación: los niños. Su primer episodio depresivo salió a la luz cuando tenía nueve años. Sus padres se divorciaron, y en su subconsciente, como medida para llamar la atención, enfermaba con frecuencia. Ella y su hermana pasaron unos años divididas entre el candor de sus padres, y las cosas no mejoraron cuando la crueldad de sus compañeros se incrementó hasta abandonarla en una discriminación injusta.

A los doce años las relaciones con su madre empezaron a flaquear, causadas por su nuevo compañero sentimental, a quien tanto Edurne como su hermana despreciaban. En cierto modo, la situación escolar mejoró, ya que la discriminación y el desprecio pasó a ser parte sólo de las chicas, lo que obligó a Edurne a refugiarse en la amistad de los chicos. Fue cuando encontró su inspiración en la contracultura gótica, una válvula de escape al cruel mundo, y abrazó la fe Satánica. Como otra forma de huir de la realidad, Edurne se entregó a la escritura, al dibujo y a la música, haciendo del arte y la cultura su forma de vida.

Cuando cumplió quince años y empezaron a aflorar sus poderes, cuatro de sus amigos fallecieron en diferentes accidentes de tráfico, y su padrino murió a causa de una enfermedad pulmonar. Su hermana supo que realmente no era hija del padre que creía, y sufrió un trastorno psicológico en el que volcaba toda su ira sobre su hermana, maltratándola física y psicológicamente. A causa de esto Edurne se mostró bastante torpe a la hora de manejar sus dones. Edurne se entregó entonces a los estupefacientes fumables, como la marihuana y el hachis, y se entregó a un mundo de rebeldía y perdición, aunque nunca dejó de ser aplicada en el estudio y obediente con su padre, quien había sido su mentor en la vida. También empezó a sentir interés en la política, uniéndose a grupos progresistas, afiliándose a partidos comunistas y evocando manifestaciones por cualquier justicia que se le presentara. A esa edad, además, se enamoró perdidamente de un estudiante español mayor que ella que le rompió el corazón al rechazarla, y del que aún sigue perdidamente enamorada.

Cuando cumplió diecisiete años los lazos entre ella y su hermana se reforzaron, dándose cuenta que en realidad Gloria había actuado como referencia materna más que su propia madre. Sus viejas amistades la traicionaron, y Gloria y ella fueron uña y carne. Los episodios depresivos de Edurne afloraron en ese momento a raíz de una larga vida en la que la mayor parte de la gente que la rodeaba fue cruel con ella o la abandonó. La falta de recursos económicos, además, no la permitían avanzar en su futuro, y fue imposible para ella proseguir con un estudio regular. Si no hubiera sido por su padre y por su hermana, probablemente Edurne se hubiera suicidado. Los pocos amigos y personas que la apreciaban que le quedaban no correspondían a su edad, pero sí a su forma de pensar y a su carisma.

Encontró la oportunidad de su vida a los veinte años, cuando sus poderes ya se habían desarrollado casi completamente, cuando una beca le concedió estudiar en una escuela de bellas artes de Dark Paradise. Al principio se había sentido desmoronada, falta de su hermana y su padre, a quienes añora más que a nadie en el mundo. En la actualidad intenta recuperarse de sus trastornos psicológicos con el esfuerzo del trabajo duro. Aún sigue buscando su lugar en el mundo.

Otros:-Es fumadora, de tabaco y estupefacientes.
-Toca el bajo.
-Tiene miedo a los payasos.