Un refugio donde pasar la noche. (libre)

La lluvia caía sin cesar. Use mis poderes para bloquear la lluvia y que no me mojara. Un escudo de aire. Llegué a la cima de una montaña y vislumbré un castillo en ruinas. Me parece que estaba abandonado. Entre aliviado.
Escuche un fuerte golpeteó en el piso de arriba...

Giré la página del libro que me encontraba leyendo. Sin darme cuenta, tiré la taza del chocolate caliente, haciendo que se quemen mis pies. En cuanto la habitación quedó en silencio, ruidos provenientes del piso inferior hicieron latir mi corazón con ligereza.
¿Qué puedo hacer?- pensé rápidamente.
Dejé mi libro a un costado, me levante de la silla junto al afeizar y camine hacia las escaleras. Allí me asomé y logré ver a un joven parado frente al cuadro que yo misma había contemplado con atención mi primer día en el lugar.
Buenas noches - dije al cabo de unos segundos.

- Hola, Disculpame. Estaba buscando un lugar donde pasar la noche. No te quise interrumpir... - Caí en la cuenta de algo. Conocía de algún lado a esa muchacha. - ¡Emily! ¿Que rayos haces aquí?

-Sonreí y reconocí a aquel joven. Bajé las escaleras con prisa y extendí mis brazos en su cuello. - No sabes... He estado tan sola, no tenía a nadie en este mundo... ¿Cómo... cómo es que tú estás aquí? - mire esos ojos azules que tanto me recordaban a mi padre.

- Ho, Eres muy chiquita para escaparte de esa manera Emily. Imagínate si te exilian y no puedes regresar. Todos nos pondriamos muy mal... Estoy en busca de mi hermana. No se que hacer. Estoy desesperado Emily, ayudame. - Dije. Estaba tan conmocionado por ver a mi pequeña prima sola, y ahora en mis brazos.. Y también asustado por lo que había hecho.

Sonreí y mire todo su aspecto. -Me parece que te mojaste un poco ahi afuera no? - reí - ¿Por qué no subimos y te secas? Si quieres, mientras preparo unas ricas tazas de chocolate caliente

-Esta bien. Pero tendrás que contarme todo. ¿Dónde haz estado estos dos años? subamos. La se´guí por la escalera, hasta el piso de arriba. El pasillo estaba lleno de cuadros extraños.
Al llegar al piso de arriba, nos sentamos en el suelo. Emily se tapó con una frasada y a la luz de las velas empezó su relato.

Me acomodé en el lugar donde me hallaba anteriormente leyendo, y decidi comentar ciertas cosas antes de volver a bajar para preparar los chocolates.
- Pues.. estuvé viviendo por diferentes países. La verdad, es que estuve a la deriva, sin tiempo ni espacio que pudiera reconocer. Un día me encontré un duende, creería que no muy lejos de aquí, me informó que a unos pocos kilómetros, me toparía con esta ciudad; así que decidí abandonar el vivir a la deriva y disfrutar un poco el cambio de ambiente.. - sonreí y acomodé mi pelo.

- Yo llegué hace unas horas. Veraz, Hace unos días consulté al Oráculo y me dijo que en este lugar podría encontrar noticias de mi hermana. ¿Donde vives? Estoy pensando en comprarme una casa. mañana voy a salir a averiguar.
Bebí un sorvo de la tasa y me aclaré la garganta.

En cuanto terminé mi historia, bajé a preparar las tazas de chocolate, y al rato subí nuevmente para continuar charlando con mi primo.
Vivo en la academia, donde también pronto comenzarán las clases - contesté mientras dejé las tazas en el suelo, junto al lugar donde nos encontrabamos recostados. Me quedé sentada, y pregunté - ¿Ya tienes noticias de tu hermana? Es muy valiente todo lo que estás haciendo - sonreí.

- Bueno, por lo menos asistes al colegio. Tienes plata para pagar tus estudios? Si necesitas te presto... Gracias, Aún No. Nada. Pero seguiré buscando.

Claro que asisto al colegio - dije mientras reía.. - Soy una chica inteligente y responsable, quiero terminar mis estudios cuanto antes - dije y bebí un sorbo de mi chocolate caliente tan delicioso. Tras unos segundos de silencio, exclamé: Si necesitas ayuda, sabes que... yo te ayudo y cuentas conmigo no? - dije soniendo y mirando sus ojos celestes.

- Me alegro que estudies. Si necesitas dinero pídeme. Tengo demasiado. Pienso comprarme un puerto en esta zona. Mañana saldré a averiguar. .. Gracias. Aún NO. NADA. pero no pierdo la esperanza. - Suspiré y seguí bebiendo el chocolate

Claro que no hay que perder la esperanza primo - dije colocando una mano en su hombro. La tormenta azotaba el lugar, y la noche parecía de un cuento de terror. - Y no te preocupes, tengo dinero.. La herencia de mis padres ahora me corresponde totalmente a mí - dije mientras él bebía el chocolate, y yo... recordaba a mi hermana en silencio.

Dejé que mi prima descansara bajo las sabanas y me acosté a su lado oyendo la lluvia que no paraba de cesar. Recordé a Luna y minutos después estabamos dormidos.
Al día siguiente, Acordamos en irnos de allí. Emily iba a buscar lugar a la academia y yo iba por el puerto. Nos encontrariamos al atardecer.