Sigueme.. si te atreves.

Cuando él se alejó, de su cuello se deslizaban varias gotas de sangre, que hasta habían manchado su cabello.
Su mirada vidriosa, estaba ahora perdida, sin mirar a algo seguro.
Sintió como en su mente aquella escena le parecía familiar. Como golpeaban su mente esas horribles imágenes.
'Los vampiros me comerán..' decía una voz de niña inocente en su mente, de su voz.

Volvió a acercarse a ella, pero simplemente, lo apartó.
- Déjame - dijo dando pasos hacia un lado, puesto que atrás tenía la inmensa pared del callejón.
- Pensé que podía confiar en ti..- dijo mientras no podía retener las lágrimas, aún caminando. Estas situaciones no le hacían para nada bien, y mucho menos, si esto hacía recordar cosas que fueron selladas por algún motivo en su subconciente.

Su cuerpo no respondía a sus órdenes, sino que si a las de él.
LA abrazó, mientras un haz de luz los cubría.
Ella estaba shockeada, realmente. Por su mente pasaba James ¿dónde estaría él?
Las lágrimas caían por sus mejillas ¿En qué brazos se encontraba ella ahora?

Lo escuchó y lo miró a los ojos cuando quedaron frente a frente, mientras se llevana una mano a las pequeñas marquitas que habían quedado, que casi ya ni se notaban.
Era la primera vez que la mordían. Era la primera vez que sentía aquel dolor tan extraño y escuchaba el sonido de su sangre al ser succionada.
No sabía que decir, sólo se limitó a mirarlo, mientras trataba de estabilizarse.
Tenía suerte de que no fuera un vampiro puro, sino probablemente ella ahora estaría en peligro.

Él le pregunta si no diría nada ¿Qué podría decir? No le salían las palabras. Estaba asustada, sin duda.

Él se acercó nuevamente, y ella sólo lo miró. Su demonio interior tenía ganas de salir y hacerlo añicos; y su parte angelical tenía extremas ganas de hacer justicia.

Y sin poder evitarlo, en ese instante, rompió a llorar desconsoladamente, dejandose deslizar por aquel paredón, abrazándose a si misma.
¿Que si era débil? No lo sabía, pero lo que si era cierto es que su inocencia era demasiado grande como para soportarlo.

Escuchó su voz y sus pasos alejarse, pero no sabía que hacer, simplemente dijo lo que le salió del alma en ese momento.
- Quédate..- murmuró bajito. Se sentía demasiado sola, y por alguna razón, él a pesar de todo, le daba seguridad.

Él la abrazó y ella simplemente cerró los ojos instantando tranquilizarse ¿Por qué cometía un acto tan masoquista? Debería alejarse de él para siempre pero.. algo se lo impedía.
- Ya.. no importa..- murmuró secándose las lágrimas, intentando sonreír.

Se terminó de secar las lágrimas y lo miró a los ojos, asintiendo.
- Claro - dijo en un tono melodioso y dulce, típico en ella, pero no sabía por qué le hablaba así siendo que debería mandarlo a 'freir churros'.

Lo miró sorprendida cuando el tomó su mano, pero sólo sonrió..