haciendo mi rutina _(libre)_

estaba un poco aburrido asi que decidi ir al gym tenia mucho sin ir alla me diriji a el entre a los vestidores me puse un short y una camisa sin mangas negra me diriji a hacer abdominales para despues ir a la caminadora un poco

vi a un chico que habia llegado perfecto era el lo unico que me faltaba me hice el que no lo veia para despues seguir con las pesas no dije nada pues no queria causar demasiados problemas en este instante

Vi al chico y rei un poco me acerque a el pies queria ver como reacceonaba -- Ola -- dije un poco cortante

llegué al gim con ganas de entrenar y ví a dos muchachos con los cuales me dispuse a conversar.
- Buenas, ¿Como andan?

Me dispuse a entrar en el gimnasio, esta tarde estaba muy aburrida y decidi ir alli. Cuando entré vi que había cuatro chicos. Yo me fui a la zona de las bicis estaticas. Al pasar por su lado les di un pequeño saludo:
- Buenas tardes. - Sonrei con afan de ser agradable con ellos.

Mientras me acercaba a unas de las bicicletas, uno de los chicos se acerco a mi y se presento:
- Hola Adam, encantada. Yo soy Laura. ¿que tal? -Me presente de forma agrdable y con una gran sonrisa en mi cara. Con motivo de ser amable le di un poco de conversacion, tenia pinta de ser un buen chico.

Parecía un poco despistado, pero no le di importancia.
- No te preocupes, podemos hablar tranquilamente, no hay ningún problema, he venido al gym simplemente porque me aburría. - Le dije mirando a mi alrededor, la verdad es qe nose que hacia yo aquí, nunca he sido de mucho deporte pero parece que valió la pena y así poder conocer gente.

Me sonreí, su comentario sobre su físico me hice bastante gracia.
- ¿flacucho? Que va hombre, estas bien. Los musculitos luego no sirven para mucho - Le dije bromeando y dándole una palmadita en el hombro. A lo mejor era un signo de demasiada confianaza, pero al fin y al cabo yo era una chica agradable.

Se quedó mirandome sin decir nada. Sus ojos eran bonitos. Me quedé mirandome fijamente.
- Tienes unos ojos bonitos... - Le dije observandole. - ¿cuanto llevas por aquí? - Le pregunte para ver si el chico decía algo ya que era algo callado o tímido eso ya no lo sabia.

Al parecer mi comentario sobre sus ojos le agradó y me contestó con uno similar al mío.
- Si, mucha gracias, son azules y a veces grises - Le dije al mismo tiempo que me sonrojaba. Esos comentarios me hacen ser muy timida.
- Yo no soy de por aquí, vine a ver a mi hermano hace un tiempo y decidí quedarme a vivir, además ya tengo casa y todo y se vive bastante bien. - Contesté con una sonrisilla graciosa.
- ¿Piensas quedarte mucho por aquí? Sería agradable conocernos mas ¿no crees? - le dije con la intención de conocernos mas y tener mas confianza. Era un chico muy agradable y su compañía me parecía muy buena.

Pareció darse cuenta de mi timidez y bajé los ojos forma vergonzosa.
No sabía si pedirle o invitarle, mejor dicho, a ir a tomar un café, o invitarle a mi casa que estariamos mas cómodos ya que a mi me gustaría conocerle mas y él a mi parece que tambien. A lo mejor era una "invitación" demasiado imprudente, ya que nos conocíamos de apenas algunos minutos. Asique decidí dejar ese tema por si al sacarlo, el se sentía algo incómodo.
- Si, eso dicen, que hay una guerra. - Lo dejé caer mientras pensaba en la invitación.
- Bueno, cuentame algo de ti. Así podremos conocernos mas - Le dije sacándole la lengua de forma amistosa y cariñosa. - ¿Eres así de agradable siempre? - Le pregunté, pensando que sería así, se le veía un chico muy majo, nos llevaríamos bien, eso lo tenía claro.

Le miré con comprensión, era perfectamente entendible que un ángel dijese eso. Una parte de mí estaba totalmente de acuerdo con él, las guerras no servían para casi nada, y en ellas todos perdiamos pero mi otra parte me hacía necesitar la destrucción y el dolor de los demás, además de que me hacía indiferente al dolor humano.
Opté por comentar algo en lo que mis dos partes estaban de acuerdo.

- En ellas siempre se pierde, no hay vencedores, nunca - comenté sin perder la sonrisa que me caracterizaba, dulce y algo timida.

Cuando le escuché hablar reí levemente mirando a ambos lados, era tan normal hablar de esto en un gimnasio lleno de humanos xD

- Si a veces nos condiciona demasiado nuestra naturaleza - dije dulcemente - si sirve de algo yo conozco a un demonio que es bastante.. aceptable..

Decidimos dejar el tema de la guerra a un lado, no era un tema de conversación demasiado bonito.
- No te equivocas para nada... - Dije con una sonrisa picarona al ver que él me había descubierto, por decirlo de alguna manera. - Soy medio ángel y medio vampira. ¿Tanto se nota? - Contesté mirandole a los ojos con cara de niña buena que era la parte de ángel que tenía.
- ¿Que tal si vamos a dar una vuelta? Elige tu el lugar. - Le cogí de la mano tirando de él, esperando a que me llevara a algun sitio, al sitio que él quisiera.