Jugando al billar (Laura)

Llegamos a los recreativos los dos juntos, cualquiera que nos viera pensaría que eramos algo mas que amigos ya que parecía que ibamos cogidos de la mano, pero en realidad el tiraba de mí. Algo que en realidad no me molestaba en absoluto.
- Pero... ¿como voy a empezar yo? Si ni siquiera se coger el palo... - Dije mientra me retiraba lentamente de la mesa. Pretendía que yo empezara la jugada. De eso ni hablar, no pensaba quedar en rídiculo delante de él. ¿Qué pensaría de mí? - Será mejor que empieces tú - Comenté poniendome detrás de él y dandole un leve un empujón con mis manos sobre en su espalda hacia la mesa.

Él insistía en que yo empezara, ¿no se había dado cuenta de que me daba vergüenza?. Bueno, se lo dejé pasar. Cojí el palo, la verdad, de una forma muy extraña. Me lo explicó demasiado rápido, pero según lo decía, no parecía una cosa muy dificil.
- ¿Así lo estoy haciendo bien? - Le pregunte algo perdida en este tipo de juegos. Nunca se me habían dado bien. Al hacer el intento de dar a la bola blanca, el palo se me escapó de las manos cayendo al suelo. Mi cara se transformó en un tomate al instante...
- No me sale... Lo siento - Le dije avergonzada de mi misma y a la misma vez que le sonreía.

Parecía que él me entendía, menos mal. Suspiré pensando que no pasaba nada, no tenía que ponerme nerviosa, a su lado era dificil ya que ca vez me parecía mas mono. Pero al fin y al cabo era un juego, nada más.
- Si, por favor haz una demostración - Dije con una sonrisa dulce e inocente. - O puedo hacerlo yo con tu ayuda, si quieres ayudarme claro... - deje el comentario en el aire solo para saber que me contestaba, no quería que se sintiera incómodo asique se lo dije bromeando mientras daba una vuelta alrededor de él.

Sonreí al escucharle, al menos había dicho que me ayudaría. tskk, odiaba ser tan torpe en estas cosas, si fuese un poco más como mi madre, ella sí que sabía salir de cualquier situación comprometida sin que se la moviese un sólo pelo de la cabeza, en cambio yo.. un poco más y me quedo calva.
Le miré agradecida por su acto de caballerosidad, no sabía como pero conseguía sacarme una sonrisa en cualquier situación y eso que acababa de conocerle.
Me apoyé en la mesa, dispuesta a intentarlo otra vez cogí el palo y lo apoyé también en la mesa.
- A ver maestro ¿cómo se hace? - le dije bromeando mientras le miraba directamente a los ojos.

Él se puso detrás de mi ayudandome a tirar a la bola blanca. Me lo fue explicando poco a poco muy cerca de mi, y eso, no lo podía negar, me ponía realmente nerviosa, y creo que era algo que en mí se notaba demasiado. Ví como él se sonrojaba y le mande una sonrisilla cariñosa y acercandome a él le dije:
- Parece que estas un poco nervioso... - Le mire con ojitos tiernos y le cojí de la mano. - No te preocupes, si te ayuda, yo también - Eso me salió solo, luego me arrepentí, bueno, no me arrepentí pero me pareció un poco raro decir eso, yo, con lo tímida que era, expresar mis sentimientos tan a la ligera.

No se daba cuenta de por que estaba nerviosa, ¿poco observador...? nose el caso es que ahora se lo tenía que explicar y verdaderamente eso si que me daba vergüenza hacerlo. ¿Como lo haría?¿Cómo sería su reacción?
- Bueno... pues esque me he puesto nerviosa al estar tu tan cerca de mí... - Dije titubeando y bajando la mirada hacía el suelo. Espero que a él no le incomodara lo que yo le estaba diciendo.

Cada minuto que pasaba estaba mas nervioso o eso era lo que a mi me parecía, en realidad nose porque me pedía perdón, lo que el estuviera tan cerca de mi, enel fondo me gustaba. No podía remediarlo. Le había conocido hace muy poco tiempo y me sentía muy con el.
- No te preocupes de verdad - Dije dándole un beso en la mejilla con ternura. - Es algo inevitable por una parte... ¿no crees?

Las cosas ya volvían a su normalidad por decirlo de alguna manera. Suspiro aliviado.
- Sigamos - Le dije acariciando su espalda. - Si quieres luego vamos a mi casa, te la enseño y te invito a un cafe o a lo que quieras, aunque está un poco desordenada - Comente soltando una leve risilla inocente.

- Bueno, pues a un zumito... - Bromeé con picardía. - También tengo unas magdalenas muy ricas, pero a ti no creo que te gusten, son con relleno de sangre - Le dije riendo, mientras me daba la vuelta. Él era un ángel y ese tipo de comida no creo que le agradara.

FDR: Abro un post en mi casa ahora? o luego mas tarde? ^^

Sonrío cuando accede a lo del zumo y escucho lo de las madalenas... Pero si a mí me gustaban de todos los sabores: chocolate, crema pastelera... Oh, de sangre e__é.

-Ehm... sí, va a ser mejor que no pruebe esas magdalenas, entonces -digo finalmente, pensando en que yo, aunque quisiera, dudo que jamás pueda comerme algo hecho a base de algo por lo que se haya tenido que matar a algún ser vivo e_é. Por eso era vegeatariano y todo e_é-. Pero, vamos, que yo con el zumo me conformo

FDR: Pues como quieras. Si quieres abrirlo ahora, adelante

Le agarré del brazo y tiré de él un poco hasta llevarlo a la puerta de los recreativos. Yo me adelante saliendo primero:
- ¿Vienes? - Dije dandome media vuelta y haciendole una señal con el dedo.

FDR: Ya vooy!

- Claro que no, bueno, si tu lo quieres asi... .- Le dije bromeando mientras recibía su beso dulce, al fin le daba por acercarse algo más a mi y eso me gustaba. Le cogí otra vez de la mano para llevarlo a mi casa.