Quemando calorias [Libre]

Después de comprar la mansión, unos días de compras y adecentando la casa, había sacado tiempo para poder ir al gimnasio. Entre al vestuario y me cambie poniendome mis pantalones cortos y una camiseta de tirantes.
Acto seguido y sin reparar mucho en quién había me subi a la cinta y empecé a correr

Segui corriendo un rato sin darme cuenta que los córdones de mis zapatillas se habían desabrochado, en pocos segundos me tropecé con ellos y la cinta me llevo hacia atrás haciendo que cayera sobre algo o alguien, yo tenía los ojos cerrados y lo único que sabía es que había aterrizado sobre algo blando

¿Pero qué narices me pasaba? Yo no solía ser tan torpe. Mire a los ojos al chico y utilice el poder de seducción mandandole un mensaje muy claro " no te enfades conmigo" no me apetecia montar un numerito nada más llegar a la ciudad. Después de eso "apague" mi poder.

- Lo siento, no se que me ha pasado, no quería interrumpirte - dije con un tono dulce y sensual como siempre

me retiré con movimientos excesivamente lentos, sensuales. Al menos no era humano, por lo que no despertaria mi hambre, lo que me recordaba que hacía días que no comía, tendría que salir de cacería "y pronto" me dijo una voz interior.

- ¿vives aquí desde hace mucho? - pregunté mientras volvía a subir a la máquina después de atarme los cordones.

Segui moviendo las piernas aumentando un poco la velocidad, en algo tenía que gastar tanta energía.

- Pues la verdad también soy nueva por aqui, llegue hace dos días, pero ya me he instalado y he encontrado trabajo - me callé el comentario de que no necesitaba trabajar ya que tenía muchisímo dinero, me mordí el labio levemente al pensarlo sin hacerme daño, un gesto sexy y despistado - Así que ya sabes cuando quieras te pasas a tomar un café - o sangre o lo que tomes, ya que todavía no sabía que era, lo único que intuía era que no era ni humano ni un angel..

" Te llevarás una gran sorpresa cuando veas que mi casa es la más grande de la zona" dije en mi mente divertida.
Cai en la cuenta de que todavía no sabía su nombre..

-Mirabella Salvatore, para servirte - dije añadiendo a mis palabras un toque de mi poder de seducción que consiguiera hacerle sentir escalofríos y mirandole a los ojos.

- Y por supuesto, mi casa lleva mi apellido, aunque no se si será demasiado humilde para alguien que no necesita trabajar - añadi.

Sonrei picaramente - te comprendo, yo sólo espero no perderme cuando vuelva esta noche a mi casa.

- Aunque quizás esta noche no vuelva a casa - dije de la misma forma que antes. - Tengo que salir a "cenar", por decirlo de alguna manera

Le vi morderse el labio inferior, la verdad es que el chico me parecía bastante atractivo.

- Me gusta tu forma de pensar - añadi con una sonrisa mientras me bajaba de la máquina para descansar un poco y bebí agua elevando la cabeza ligeramente y dejando ver mi tentador cuello. La verdad es que no me podía quejar mi crecimiento paro en el momento en que había sido más bella, cualquier parte de mi cuerpo era exquisita.

Sonreía al escucharle - Por supuesto, ¿no habrás pensado que soy una simple humana, verdad?

Escuché lo que tenía para decir mirandola aún
Gracias y a mi me gustas tú-
Contesté sin más, yo no era de rodeos, y menos con una chica, mientras la miraba tomar agua muy sensualmente, sabía bien como utilizar sus encantos, que se me hacía agua la boca y no presisamente por su cuello, sino toda ella
[i]Claro que no, una chica asi como tu, no es simple y mucho menos como los demas, humana-

Me acerqué un poco más a él, mordiendome el labio ligeramente.
- ¿Ah sí? ¿y qué piensas hacer ahora que me lo has dicho? - le dije provocativamente antes de separarme un par de centímetros, así.. en pequeñas dosis. Me encantaba volverles locos y sabía perfectamente como hacerlo.

- Es una pena, la verdad - dije fingiendo estar triste aunque con un pequeño tono sarcástico "tienes ganas de besarme y prácticamente no las puedes contener" le dije mentalmente utilizando uno de mis poderes preferidos.

- Así que... ¿ya sabes lo que puedo hacer? - dije jugando con mi poder a mi antojo.

No pude evitar reirme, se veía tan dulce y orgulloso reprimiendo sus deseos más primitivos. Yo nunca hacía eso, satisfacía cada uno de mis deseos, por muy estúpidos o difíciles que fueran.

Me acerqué a él apoyando mis manos suavemente sobre su pecho, quedando mi rostro a pocos centímetros del suyo, aunque al tener menos altura tenía que ponerme un poco de puntillas. Le miré a los ojos sabíendo que a esta distancia y manteniendo un contanto visual directo, le sería imposible resistirse, y yo lo sabía.

Por algo era profesora de desarrollo, porque había conseguido potenciar todos y cada uno de mis dones.

"No te reprimas más" Dije mentalmente

Sabía que funcionaría, así que no me sorprendió nada que cayera ante mi poder. Sus labios, cálidos y húmedos, me rozaron y me hicieron disfurtar durante unos segundos, hasta que se separó.

- ¿Eso es todo? - dije triunfante, aunque algo acalorada - ¿Ese era todo tu deseo reprimido? - me volví hacia mi cinta, dónde había dejado caer mi botella de agua durante el poco tiempo que duró el beso, me agache a por ella - Pues te doy un cinco y justito..