Encuentros en el mar... [Fraiah]

Asintió al escucharla y al verla divagar, sin duda, entre miles de pensamientos que hora le vendrían a su mente.

Escucha su pregunta, y enarca una ceja.
- ¿Segura? Sí, ¿por qué? Hace 10 años que estoy aquí..- comentó mirándola, algo confusa.

Off: Como quieras ^^ Si queres contame, y si me descubrís como lo hizo Luca, no quiero que rueden sus cabezas *-*

La miré confundida, ¿me habrían dado una información falsa?

- Ah no sé me recordabas a alguien - le dije de forma distraida como si no tuviese importancia pero sin perder ni por un segundo las reacciones de su cara ante mis palabras - a la hija de estos amigos de los que te venía hablando

Ante su comentario, Fraiah indudablemente sintió que la apuñalaban lentamente.
- ¿A la hija de los amigos de que me hablabas? - dijo en un tono de voz suave, y se quedó pensativa por unos momentos.

Sabía que actuar de manera tan lenta sólo la pondría en evidencia, pero es que la había tomado por sorpresa, y no lo podía evitar. Realmente, cada vez que tocaban el tema de sus padres, la angustia la invadía.
- ¿Quiénes eran ellos? - preguntó como si fuera por mera curiosidad, para ver si sacaba algo en limpio.

La examiné lentamente, yo era bastante observadora, y reconocia los ojos de la familia De la Croix en su pequeño rostro, que ahora y aunque ella lo intentaba ocultar me transmitia nervios e intranquilidad. Aunque después de todo, quizás fuesen simples imaginaciones. Mis terribles ganas de hacer algo por esa niña, ya que no podía haber echo nada por sus padres, eso era.. La culpa me hacía tener imaginaciones.

- Si - respondí en un leve suspiro que por un momento dejó traslucir mi tristeza al recordarles, habían echo grandes cosas por mí, habían sido importantes.

- Pero si fueses ella deberías llevar aquí.. - dude intentando recordar los años que debía tener la pequeña, eso había sido antes de que comenzara toda esta locura, en el momento que yo... la ficha cayó y una bombillita se encendio en mi cabeza - como 16 años - la miré otra vez a los ojos - es imposible - sentencié.

- Ellos - dije mirando al cielo y dandole una patadita a la tierra, aunque parecía muy frágil, con mi cuerpo y mi rostro dulces, de la fuerza casi enterré mi pie dentro de la arena. - fueron y serán siempre las dos personas más generosas y competentes que conocí en mi existencia.

No sabía si era competente hablar de los reyes a alguien que acababa de conocer y más estando del bando de jared.