Te quiero, no te quiero, te quiero, no te quiero.. [FRAIAH]

Tras haber tenido aquel encuentro 'peculiar' con Luca, decide ir a pensar un poco, y qué mejor lugar para ello que uno acompañado de naturaleza y paz..

Pensó en los acantilados, el bosque, pero por alguna razón, decidió ir a la playa. Sí, ella era siempre así de complicada

Al llegar con su vestido blanco, uno que solía usar los días mas o menos cálidos, se descalsó, dejando sus sandalias a un lado, y comenzó a caminar en la tibia arena..

El viento soplaba, pero era cálido y las olas del mar soltaban un olor a sal que me ayudaban a pensar..
- Pero si ella no sabe lo que siente.. ¿Porqué te pones asi estúpido? - emprcé a hablarme en voz alta, quizás asi pueda resolver algo..
Note la presencia de alguien más en la playa, pero ni si quierame molesté en dar media vuelta y mirar quien era.. simplemente, decidí, quitarme la camiseta, dejas las chanclas que llevaba en la mano, y lanzarme al agua..

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Siguió caminando con pasos frágiles, mirando la arena, hasta que escuchó un chapuzón a lo lejos, y al observar, notó que era alguien que iba feliz de la vida a la playa a meterse al mar.

Se encogió ligeramente de hombros, y llegó hasta al lado de unas rocas, donde se recostó cerrando los ojos, esperando broncearse un poco de paso que pensaba.

Escuchó unos pasos sobre la arena, y luego aquella voz, inconfundible, pero que ella no se percató de quien era en verdad hasta abrir los ojos.
- No te preocupes puedes..- lo miró y se quedó perpleja -..tomarla -

Lo observó detenidamente, casi pudiendose percatar de cómo éste se adueñaba de su ser cada vez que la miraba.
Apartó la vista por unos segundos, hasta que escuchó su pregunta.
- Bien, supongo.. ¿y tu? - bueno, teniendo en cuenta que acababan de verse hace una hora, luego de la heladería, y ahoria nuevamente frente a frente.. el estado de ánimo no podía cambiar demasiado, y sobretodo que seguía doliéndole la cabeza.

La pregunta del millón Oh sí.
- Bueno.. hace una hora que nos vimos y supongo que he venido aquí, al igual que tu, a pensar. O al menos a intentar hacerlo - comentó mirándolo, sonriendo tiernamente.

Se levantó y negó con la cabeza.
- No.. descuida, me voy yo - dijo sonriendo y le plantó un besín en la mejilla, para luego comenzar a caminar.

Se sorprendió ante aquella reacción y sólo atinó a mirarlo, aunque él no lo hiciese.
¿Qué pasaría por su mente ahora?

Al escuchar sus palabras, en aquel tono, tan firme pero a la vez algo inseguro o sentimental, su corazón se le estrujó por completo, provocandole algo de nervios, pues ya le dolía el estómago por el simple hecho de haber oído esas certeras palabras.
- Está bien - sólo pudo decir. Ella lo quería, pero no estaba dispuesta a jugar con nadie..
No sabía qué decir, porque tal vez, quería decir demasiadas cosas, pero no podía.

Escuchó eso y negó con la cabeza sucesivas veces.
- Como vas a decir eso, si que me importa, pues, me importa esto y me importas tu..- dijo sin pensar, simplemente lo que sentía. No quería herirlo, porque justamente era eso, lo quería.

Lo miró, pero sin mirarlo realmente. Era como estar mirando algo pero con la cabeza totalmente en otra cosa.
La sacudió y se centró en lo que él había dicho.
- Sí, mejor así.. ¿no? - comentó sonriendo levemente, mientras ahora se dedicaba a mirar el suelo. Quizás la juzgaría de niña, de histérica, de caprichosa, indecisa, corbarde.. muchas cosas, pero al menos tenía la certeza de que así no lo lastimaría ni a él, ni a James y ni a ella misma, pues pensaría bien las cosas.

Lo observó, y eso no era nada comparado con sus palabras.
Una expresión de tristeza la invadió por completo ¿cómo podía ser tan cruel con ella? Es que nadie iba a entender acaso lo que ella pretendía. Poder estar bien al menos una vez en su vida.

No contestó nada, simplemente, lo miró, apretando un poco el puño, pero respiró tranquilamente, suspirando, tratando de no exaltarse ante aquella arrogancia.

Esa mirada fría era demasiado cruel.
- No Luca, no es eso..- murmuró mirándolo, hasta que él comenzó a acercarse a ella, y al sentir su respiración cerca de su cuello, le dio un empujón, dando unos pasos hacia atrás.
- No me toques - dijo seria, sin quitarle los ojos de encima. ¿Que si tenía miedo? Sí, pero daba igual.