¿Por qué vine? (libre)

Sonreí divertidisima, la verdad es que me lo estaba pasando muy bien con al pelirroja

- he sobrevivido con algo de suerte la verdad, en esa época había muchos cazadores, tuve algún que otro problema con ellos - dije recordando aquellas épocas.

Respiré profundamente al oír como la atracción empezaba a ponerse en marcha y a moverse por las vías, al principio lento.

- Es lo que tiene ser inmortal, no cambias nada - después intenté sonreir antes de que la atracción acelerase - menos mal que paré de crecer en un buen momento, no hubiese soportado toda la eternidad con la cara llena de espinillas o alguna cosa parecida

Reí cuando hizo aquel comentario pero mi risa se desvaneció al sentir el movimiento de la atracción.
-Yo no sé si pararé de crecer o moriré-confesé apretándo el dispositivo de seguridad entre mis manos para no ponerme a gritar como una histérica y entonces caí en cuenta de que ella también me había llamado pelirroja, que obsesión, todos con eso

El cochecillo en el que ibamos empezó a subir una gran cuesta que tenía toda la pinta de ser el principio de una bajada en picdo increíble, y he de reconocer que por muy valiente que pareciese yo también estaba empezando a ponerme un poco nerviosa - Hombre, sólo tienes 16 años yo paré de crecer a los 18, y si no siempre puedes pedirle a alguien que te convierta.

-No quiero convertirme-dije sincera y al ver la cuesta por la que íbamos a caer, cerré los ojos con fuerza y apreté la mandíbula.
¿Quién me había mandado meterme ahí?

Su respuesta me sorprendió, parecía que la chica era una sorpresa en si misma. ¿Acaso no quería ser inmortal? ¿No quería ser eterna? ¿Ver cómo será el futuro? ¿Vivir para siempre?

Yo era feliz siendo eterna, lo había sido los últimos tres mil años, ¿porque no iba a serlo ahora...?

Al llegar al punto más alto de la cuesta apreté fuertemente, sin pasarme, la mano de Luna, y de pronto empece a notar el viento en la cara, caíamos rápido, muy rápido, y yo no podía hacer otra cosa que gritar.

Al caer por aquella pendiente tuve que controlar mi fuerza para no romper el dispositivo de seguridad y cuando llegamos abajo por fin pude respirar.
-La eternidad no me gusta, no quiero ver morir a mis seres queridos antes que yo-expliqué respirando agitadamente. Sin duda la adrenalina no era lo mío

No paré de gritar mientras descendiamos, estaba muerta de miedo. Cuando bajamos de la atracción, comencé a reirme y miré hacía arriba. - ¿eso... lo hemos bajado nosotras? - dije sin todavía creermelo - madre mia..

Tenía razón, lo único malo es que yo no había tenido seres queridos, seres que realmente hubiesen estado pegados a mi, que no hubiesen sido inmortales - Yo eso no lo sufrí, las tres únicas personas a las que quisé, son inmortales...

Reí por su cara de sorpresa al mirar la enorme atracción
-Por desgracia sí-respondí aún riendo divertida mientras me llevaba una mano al estómago, esperaba no vomitar allí mismo.
-¿Solo a tres personas?-pregunté con curiosidad aun que yo tampoco es que tuviera a mucha gente amada... solo mi hermana

Al verla tocarse el estómago, pensé que era preferible que nos sentasemos, vi un banco a nuestra derecha, así que dirigí a Luna hasta allí no sin antes comprar una botella de agua.

- Toma, te hará bien - le dije después de darle un pequeño trago a la botella.

Suspiré al recordar a las personas que eran - Si, sólo tres, mi padre, ángel Salvatore - dije dejando que mi mente recrease su cara en mi imaginación - y mi mejor amiga, Katherine son vampiros

Tomé su botella con una sonrisa agradecida y di un trago para después ponerla sobre mi frente, su frescor me aliviaría.
-Yo no sabré mucho de mates pero eso son dos-comenté riendo divertida

No me había dado cuenta de haber evitado ese tema sin querer.. - perdona - dije distraida, ya que mi mente se encontraba en otro lugar y tiempo - el otro es una historia muy larga y quizás no te apetezca oirla..

-Solo la oiré si me la quieres contar-dije sonriendo ya que no se la veía demasiado agusto con ese tema en particular

Me encogi de hombros - no tengo nada que ocultar - suspiré - es simplemente que la historia incluye a un hombre, un hombre que hace mucho que no veo - le dije - no tengo ningún problema en hablarte de ello, de echo ya te he dicho el lugar donde empezo.

-El amor a veces es horrible...-dije antes de suspirar y mirarla a ella.
No pensaba que hubiera amado a ningun chico de verdad

Sonreí mirandola, si el amor le parecía un asco ahora, que esperase unos años, ya vería...

- Por eso yo he jurado no volverme a enamorar - le dije con una sonrisa - para resumirte, nos conocimos, enamoramos, casamos, siendo el un humano y yo como soy, casi muere asi que le converti, pero al tiempo que nos queríamos nos odiabamos, hace siglos que no le veo..

-volverá-dije segura de mis palabras mientras sonreía. Un amor así no se podría olvidar fácilmente

La miré, por un instante me había parecido hasta inocente - lo dudo mucho, pequeña - le dije, llamandola pequeña con cariño y sin animo de hacerla sentir más joven, al fin y al cabo yo me parecía bastante a ella. - si no le he visto en seiscientos años no tengo porque verle aquí...

-En la eternidad 600 años son un segundo y en Paradise puede pasar de todo-dije sonriéndole. Tenía la sensación de que ese chico no tardaría en aparecer por este lugar y no solía equivocarme

Me quedé mirandola, ver a Stephan sería prácticamente un sueño y una pesadillla al mismo tiempo, no sabría que decir, y tendría que afrontar demasiadas cosas, demasiados errores del pasado.

- Tienes razón, Paradaise nos ha atraído a muchos de nosotros - le dije más bromeando que hablando en serio - que atrayese a uno más no sería ninguna sorpresa

-Bueno, yo ya tengo a mi chico asi que...-dije sonriendo mientras llevaba mis manos a mis ojos cubriéndolos antes de reír

Reí con ella, "que guardadito te lo tenías" le dije mentalmente, ya sabía los poderes que ella tenía al ser alumna mía y sabía que podría sentir que yo quería que leyese ese mensaje, lo que no era una invitación para saber todos mis secretos, al menos por ahora..

- Cuentamelo todo - le dije divertida

Escuché su pensamiento riendo aún y la miré con incredúlidad ¿de verdad no se había dado cuenta de nada en clase?
-Adivina quién es-dije alzando las cejas de forma cómica

Reí, por supuesto, era obvio, la miré divertida

- ¿Cómo no me he dado cuenta antes? - dije divertida más para mí que para ella - El señorito De Noriád ¿verdad? - dije sabiendo que no me equivocaba y me di cuenta de que había vuelto a llamar a mis alumnos por su apellido fuera de clase - quiero decir Luca

Asentí con la cabeza riendo divertida.
-Si supieras los pensamientos que me envia en clase...-musité recordándolo y no pude evitar sonreír ladeadamente

Espera un momentín, ¿en mi clase? - tendré que darle de alguna forma su merecido - le dije bromeando aunque pensando en que podía hacer para divertirme un poquito en mi clase, que para mi ir al instituto aunque fuera para dar clase tampoco es que fuese lo más divertido del mundo