¿Por qué vine? (libre)

Me encontraba dando vueltas por el parque de atracciones, echándole un vistazo pues no sabía que hacer más ya que las atracciones me daban pánico.

Sin saber cómo ni porqué acabé en el parque de atracciones de la ciudad, que por cierto era gigantesco. Me encataban los riesgos, la adrenalina, el miedo, la altura, la sensación de volar, de poder morir en cualquier momento, esa sensación que había perdido hacía tanto, que me hacía sentir viva. Quizás por eso estaba allí.

Vi a lo lejos a la profesora de desarrollo y sonreí mientras me acercaba a ella con las manos en los bolsillos.
-Hola-dije poniendome junto a ella observando la gran montaña rusa que se alzaba frente a nosotras.

De pronto una voz interrumpio mis pensamientos...

- Armstrong - dije, saludandola con demasiada educación, me di cuenta de que ni ella ni yo eramos niñas, y aunque seguramente yo fuese más mayor no tenía porque tratarla como si fuese mi alumna cada vez que me la encontrase - perdona.. - dije y volvi a saludarla - ¿Cómo estás Luna?

Cuando me nombró por mi apellido noté que lo había hecho por la costumbre de estar en clase al ver como luego rectificaba.
-No se preocupe-respondí cuando se disculpó -Pues bien, intentando vencer mi miedo ¿y usted?-no sabía si tutearla ni como llamarla, ¿Mirabella, Bella, profe, señora?

La miré divertida - ¿miedo? - le dijé incrédula - no pareces una persona que suela tener miedo a las cosas y por favor no me hables de usted - dije divertida - fuera de clase, yo también soy una chica normal, bueno todo lo normal que podemos ser.

Sonreí y asentí con la cabeza, chicas "normales", entendido.
-Pues ya ves, me dan miedo esas maquinas...no me gusta la adrenalina-confesé riendo por mi miedo estúpido ya que al ser inmortal, no debía temerle a algo así

Sonrié divertida, Luna Armstrong, me había caido bien en clase, y ahora mi opinión se reafirmaba, estaba muy cómoda, no como con Anthony que me ponía nerviosa, que aunque me sentía cómoda con él nos peleabamos cada diez minutos..

- Yo en cambio, llevo tantos años muerta que pasar miedo es lo único que todavía me hace sentir viva, bueno eso y alguna que otra cosa que no sé si puedo comentarte al ser mi alumna - claramente me refería a las relaciones, me reí suavemente mientras yo también miraba la montaña

-Tranquila, me he acostado con suficientes chicos como para sonrojarme por hablar de ese tema-dije riendo divertida al ver la complicidad que teníamos.
-Yo solo estoy medio muerta-confesé con una sonrisa mientras pensaba que tal vez era el momento de probar la adrenalina, y si iba con ella estaría más segura ¿no?

Reí por su comentario, si, la verdad, no tenía pinta de ser una niña buenecita e inocente, ninguna de las dos teníamos pinta de serlo.

- Si yo te contara quién ha pasado por mis sábanas - comenté divertida - bueno por mis sábanas, y mis cocinas, y mis duchas y... bueno dejemoslo ahí - dije todavía riendome.

Después al escucharla me quedé pensando unos instantes...

- ¿Medio muerta? - dije finalmente de forma curiosa, dejé de mirar la montaña rusa para mirarla a ella - Me he cansado de mirar, ¿te atreves? - dije con complicidad haciendo una seña hacia la atracción.

Reí divertida por su comentario. Si ella supiera quién había pasado por mi salón, mi cocina y mi dormitorio... por no hablar de cuando no había sido en mi casa pero ¡ese no era tema para tratar con la profe!
-Sí veras, nací vampira-contesté con una sonrisa de orgullo por ser como era pero al oír su siguiente comentario, un escalofrío me recorrió.
-mm...¿moriré?-pregunté bromeando aun que de verdad no sabía si atreverme o no

Asentí bastante interesada en el tema - yo nací de la unión de un ángel y un vampiro pero que yo recuerdo nunca he necesitado respirar... - le dije tranquilamente mientras echaba a andar hacía la atracción.

Reí al escucharla - tu profe te protegerá - le dije bromeando, después la mire todavia divertida - Me has caido bien Armstrong - dije llamandola por su apellido, como broma.

Reí cuando me siguió la broma y al oírla la miré con diversión.
-Y tú a mí profe-dije sonriendo ladeadamente pues si la trataba como a mi profesora debería haberla llamado "señora Salvatore" y no creo que le hubiera agradado demasiado

La arrastré hasta la cola de la fila, en la que había demasiada gente. La miré de forma traviesa con esa mirada que sólo ponía cuando tramaba algo...

- ¿Qué te parece si hacemos trampas? - le dije señalando la larga cola

Asentí con la cabeza sonriendo pícaramente y miré a toda la gente que había allí.
-¿Les controlo la mente? ¿o lo hacemos a tu modo?-pregunté realmente divertida ya que le daría un uso práctico a mis poderes

Le guiñe un ojo divertida - tomátelo como un entrenamiento, pero vas a hacerlo a mi modo - le dije dispuesta a enseñarle un poquito más.

Mire y eché la cuenta a ojo - Aquí, entre hombres mujeres, trabajadores y niños tiene que haber unas cien personas, y tú vas a controlarles la mente a todos a la vez para que hagan lo que tu quieras también al mismo tiempo como si estuviesen bailando una coreografría.

Le dije bromeando. - Cierra los ojos, deja tu mente en blanco, respira un par de veces profundamente - le dije mientras seguia mis pasos - y ahora imagina que todos se apartan de tu camino al mismo tiempo.

La escuché con atención y antes de hacerlo no pude evitar reír divertida
-¿Pretendes que nos hagan el pasillo?-pregunté entre carcajadas para después relajarme e inspirar profundamente.
Hice lo que dijo, cerré mis ojos e imaginé que se abrían hacia los lados para dejarnos un lugar por el que colarnos

Lo hiciero más personas de las que yo esperaba, los demás fueron saliendo de forma discordinada. - Uau - dije sorprendia - no tenía ni idea de tuvieses tanta fuerza de concentración ¿en qué siglo naciste?

Le pregunté curiosa, seguramente la había creido mucho más jovén de lo que era, déspues volví a mirar a la gente y no pude evitar reirme a carcajadas, les señale - pues al final el pasillo es exactamente lo que han echo.. ¿vamos?

Reí divertida pues era de finales del siglo XX asi que no era demasiado experta.
-Solo tengo 16 años-respondí cogiendo su mano y tirando de ella a través del pasillo que nos habían hecho aquellas personas. No tardarían mucho en volver a su estado normal ya que no había usado mucho poder con ellos

Reí, por esa regla yo tenía sólo 18, eso sí que era gracioso.
Que me cogiera me pilló un poco por sorpresa y me tropecé, tropiezo que arregle con un elegante y pequeño salto hacia delante.

- Vale, corre antes de que te arrepientas - dije corriendo detrás de ella.

Al leer su mente decidí esperar hasta llegar a la entrada y una vez lo hicimos la miré con una sonrisa.
-Enserio, solo 16, nací en 1994-confesé entrando a la atracción y sentándome en uno de los asientos de dos

La miré totalmente incrédula..

- ¿en serio? Eres tan jóven, te asustarías si supieses en que época nací yo - le dije divertida, aunque intentar recordar aquellas épocas me daba a veces dolor de cabeza.

Coloque la barra de seguridad y me aseguré de que estuviese bien abrochada.

-¿En qué época?-pregunté incrédula pues adoraba la historia y por suerte tal vez ella habría vivido alguna de mis épocas favoritas.
Cuando la barra de seguridad estuvo colocada, comencé a sentirme nerviosa, ya no había salida

- Se me ha conocido por muchos nombres a lo largo de la historia, y seguro que conocerías alguno de ellos, pero te bastará con saber que estuve en la guerra de Troya - bueno más bien fui uno de los motivos por los que inició, pero eso dejemoslo aparte - y en ese momento ya tenía más de cien años.

La miré para ver la expresión de su cara - si, me conservo muy bien - dije sonriendo, la vi un poco nerviosa, asi que agarre su mano y la aprete un poco para que se tranquilizara.

(xDDDD)

-Menos mal entonces que no te cogieron en la revolución francesa-bromeé sonriendo divertida ya que si que había vivido miles de años, era impresionante ver la verdadera eternidad.
Cuando sostuvo mi mano sonreí agradecida y reí por su comentario intentando no pensar en lo que vendría.
-La verdad es que eres aún muy bella