Secretos (Mirabella y libre)

Llegue a mi casa por fin, era estupenda, magnifica. La estuve recorriendo durante un tiempo, no me cansaba de mirarla. La adquisicion habia sido buena idea. Tendria que conocer a los vecinos, pero eso llevaria su tiempo. Encontre la carta en la que habia un gran secreto, nadie podia encontrarla. Decidi guardarla en un lugar donde nadie pudiera encontrarla, el desvan. Tan a tiempo bajaba de alli, cuando sono el timbre y me acerque aprisa a la puerta para ver quien era.

Había pensado ir a casa de Laura, sí, sabía dónde vivía, y no, no la había estado espiando, al contrario de lo que realmente parecía, simplemente que un vecino nuevo en la zona VIP de Dark Paradise, bueno.. digamos que la gente, sobretodo los humanos, eran unos cotillas.

Llamé pacientemente a la puerta, esperando a que me abríesen y exhibiendo delante de mi una gran cesta de magdalenas rellenas de sangre. Ella era un híbrido y podía comer las dos cosas, comida normal y comida bueno... no tan normal.

Abrí la puerta, delante de mi apareció Mirabella. En una de sus manos, llevaba una cesta llena de unas magdalenas con un color un tanto extraño. No hice caso de eso, su visita me hacia mucha ilusion.
- Que sorpresa Mirabella, siento el desorden, pero todavia no me he acostumbrado a esta casa. - Llevaba muy poco tiempo habitandola y todavia no la controlaba muy bien.
- Pasa, pasa, no te quedes en la puerta por favor.

Entré en la casa despacio, haciendo bastante ruido con los tacones, me acerqué a una de las mesas del recibidor y deje la cesta, para después echarme el cabello hacía un lado. La casa era preciosa, claramente a tono con el buen gusto de Laura, era perfecta para ella..

- Si quieres te ayudo, así no tardarás - le dije al ver que todavía tenía varias cajas por el suelo, debido a la mudanza, miré las magdalenas y sonreí - llevan sorpresa - dije señalandolas - están rellenas de sangre.

- No, no hace falta, eres mi invitada. ¿quieres tomar algo? - La enseñe el camino hasta el salon, que era la unica habitacion de la casa que tenia completa, cogi las magdalenas y las lleve hacia la sala. - Muchas gracias, ¿sangre? seguro que estan buenas - Guiñé un ojo cariñosamente.

La seguí, mirando las cajas todavía - ¿estas segura? De verdad que no me importa, podemos pintar, colgar cuadros, y esas cosas, hace mucho que no hago nada tan.. humano - le dije divertida.

Reí cuando me guiño el ojo - ¿no las has probado? Me enseño la receta una antigua amiga, estan buenísimass

- Bueno, ya que insistes, vale ayudame, pero solo un poco no quiero que parezca que te he llamado para esto - La saque la lengua con mirada inocente. - Pero antes pasemos un rato en el salon o ¿quieres empezar ya? - La enseñe los rodillos y unos botes de pintura de color rojo para pintar una de las habitaciones.

Me dieron ganas de abrazarla cuando me sacó la lengua, y eso que yo no era de las que abrazan por que si...

"niña mala" me dijo mi mente, estaba tontísima, quizás estuviese por bajarme el período...

- Por supuesto, sentemonos un rato - le dije pasando a su lado y dandole un leve empujón para tirarla encima de uno de los sillones.
Después me senté en otro y la mire riendome y poniendo cara de angelito..

- yo no he sido, lo juro - le dije juntando mis manos

Después de estar un buen rato en el salon, hablando de nosotras, decidimos a empezar con el tema de la pintura. Cogí un rodillo y se lo di a Mirabella, yo cogi otro para mi y la pedi que subiera conmigo al piso de arriba donde estaba la habitacion que habia que pintar. Todavia insegura la pregunte:
- ¿seguro que quieres ayudarme?-
Moje mi dedo en el bote de pintura y la manche la nariz. Queria que la tarde se hiciera mas amena, y nos lo pasaramos bien.

Cuando subimos al piso de arriba, me arremangue, no había nada que me apeteciese más que pintar con laura, excepto quizás estar con leo..

Por dios, quieres dejar de pensar en tirarte a Leo por un segundo me dijo mi conciencia...

"Joé.... que es amor lo juroooo" Si, claro bonita, eso en mi pueblo tiene un nombre y no es amor precisamente...

"idiota... que sí que es amor"

Empezamos a pintar y no se me ocurrio otra cosa que pintar un gran Lau y MB en la pared... corazoncito... ainss si es que a veces que mona era...

Y de pronto me pinta la nariz.. me reí y la miré como si estuviese tramando algo - encima que soy buena... - le dijé haciendome la inocente antes de ponerme en guardia exhibiendo mi rodillo como si fuese una espada

- ¿quieres jugar no? - La manche con el rodillo toda la ropa, de arriba a abajo y sali corriendo a esconderme en algun lugar donde ella no pudiera salpicarme.
- Estoyy aquiiiii - Grite en un afan de que me encontrara cuanto antes para seguir jugando.

Reí y puse cara de indignación abriendo la boca y suspirando haciendo ruido..

- Te vas a enterar - dije pero antes de que acabase la frase, ella había desaparecido de la habitación, salí corriendo tras ella pero no la encontré.

Con el rodillo en alto como si fuese una pistola, fui haciendo de 007 por el segundo piso de la casa..

- Xan... Xan.. Xanxan.. nininiiiii niiii niii niiiii (tarareo) - miraba pegandome a la pared dentro de las habitaciones - Te encontrareeeeéee - dije siguiendo el largo corredor.

Hasta que vi unas escaleras bajadas, que seguramente llevaban al desván de la casa.

- Esto no estaba así antes - dije en un susurro intentado hacer el menor ruido, me aproxime de puntillas y empecé a subir.

Llevaba un rato escondida, y Mirabella no daba señales de vida. Ya cansada de esperarla, decidi ir yo a buscarla. Mire habitacion por habitacion, alli no estaba. En los baños, tampoco. Baje hasta el salon y nada, solo habia restos de las magdalenas. Cuando regrese al piso de arriba, vi las escaleras del desvan bajadas y gotitas de pintura que se dirigian hacia arriba. Subi lentamente...
- ¿Mirabella? ¿estas ahi? - dije con tono leve, para no asustarla si alli se encontraba.

Habían pasado como veinte minutos, o treinta o quizás sólo cinco, ya no tenía conciencia del tiempo, no sabía dónde me encontraba, una carta con mi emblema..

¡Con mi emblema! Después de lo que había hablado con Luca... no podía ser.. Mi curiosidad indomable hizó lo demás.

La leí varias veces, un centenar, quizás dos, miré la foto, no podía ser, esto no podía estar ocurriendo, me sentía agotada, mi garganta se secaba, oí una voz llamarme, y en un acto cobarde guarde la carta en uno de mis bolsillos, dónde nadie pudiese encontrarla..

Fui hasta las escaleras, pero llegando a ellas, mi vista se nublo, mi corazón parecía arder y ahogarse a la vez. Lo siguiente que vi o que no vi... fue la oscuridad

Mientras subia hacia el desvan, escuche un gran estruendo, me asuste demasiado, ¿seria Mirabella?. Subi corriendo alli, y cuando llegue la vi a ella en el suelo del desvan desmayada y muy pálida.
-¿¡QUE TE HA PASADO?! Mirabella por favor contesta, no me asustes -.
Yo no sabia que hacer, la tenia àpoyada en mis piernas y no se despertaba.

Luca apareció casi sin darme cuenta, estaba muy preocupado por MB.
- Nose que ha pasado, estabamos pintando y hemos empezado una guerra de pintura, yo fui a esconderme para que no me alcanzara y de repente subi al desvan y alli la encontre en el suelo, no lo entiendo, nose como ha podido pasar -.
Era muy preocupante, ya habia pasado mucho tiempo y MB no se despertaba, la cosa se ponia muy seria. ¿Que podria haberla pasado?

Oia voces, pero se estaba también en la oscuridad, mi conciencia me gritaba que me levantase, que abriese los ojos, parecía un ruego, un grito, alguien gritaba, era demasiado, todo era...

demasiado oscuro..

Llegue de buscar una almohada para la cabeza. Todo seguia igual, aunque ella parecia que empezaba a coger algo de color en su rostro palido.
- ¿Como va? - Le pregunte algo preocupada a Luc. Su rostro era el que se estaba quedando palido en este momento.

Sentía calor, me pesaban los párpados pero conseguí abrirlos al menos una rendija, todo seguia tan oscuro..

- ¿Laura? - dijé antes de volver a cerrarlos, había alguien más pero no tenía fuerzas ¿qué había pasado? Oh dios, la carta ya lo recordaba

- ¡Mirabella! ¿Que te ha pasado? ¿Como te encuentras? -. Su mirada esta perdida, no sabia donde miraba.
- Luca cogela y llevala a mi habitacion, yo bajare a por un vaso de agua . - En mi habitacion se sentiria mucho mejor entre mi cama mullida. Mientras yo bajaba a por un vaso de agua bien fria y algo de comer para que se estabilizara.

Abrí los ojos, veía todo rojo, me asusté, estaba sangrando...
Agarré las sábanas con desesperación, como intentando tocar mi sangre, como si fuera mi sangre, no sé donde estaba mi fría lógica, mi conciencia toca-narices..

- Luca... - susurré con infinito cariño, por un segundo me olvide de lo que eso suponía, que mi padre me había engañado durante casi dos décadas, que había traicionado nuestra confianza, que me había traicionado.

Intenté levantarme para abrazarle