Ya somos dos viviendo (Luna) +18

Cuando entramos a su casa, fuimos dejando un reguero de agua desde la puerta hasta el recibidor.
-Lo primero es quitarnos esto-dije riendo mientras señalaba la ropa mojada adherida a mi cuerpo.

Reí divertida al ver como se desnudaba allí mismo y deprisa.
-Bueno, no era exactamente así pero creo que es mejor-comenté sonriendo pícara ya que tenía una perfecta vista de su torneado cuerpo

Reí divertida recordando aquel día en el que él aún era odioso y yo....bueno, yo lo hacía serlo.
-¿Te gustaría ayudarme?-pregunté divertida alzándo los brazos para que me retirara la camiseta

Reí al escuchar aquel comentario y cuando retiró mi camiseta, quedando en sostén frente a él, me rodeé con mis propios brazos. ¿Por qué ahora sentía timidez? ah sí, porque ahora había sentimientos por medio
-Sabes, vas a tener que dejarme algo, no creo que nada de mi ropa siga seca-dije sonriendo divertida mientras hacía un gesto a mi maleta

Cogí la camisa con unsa sonrisa y me la puse sin abrocharla. Retiré mis zapatos y mis jeans también mojados girándome después hacia él.
-¿Cómo me queda?-pregunté con una sonrisa ladeada mientras ponía una pose de modelo intentando no reir. Seguro que entre el pelo mojado y los ojos rojos no quedaba nada de bello en mí

Le seguí el beso con lentitud, colocándo mis manos en su pecho para no perder el equilibrio al estar de puntillas.
-¿Otra vez cocinarás tú?-susurré sobre sus labios, recordando aquella vez en mi casa. ¿Quién imaginaría que acabaríamos los dos así?

Sonreí y me dejé guiar hasta la cocina por él. Era hermosa y enorme, seguro acorde con el resto de la casa.
-¿Cuál es tu plato favorito?-pregunté apoyándome en una encimera, observándolo con detenimiento

Al escucharlo sonreí coqueta y deslicé un dedo por su pecho sin alejar mi mirada de la suya.
-A mi me puedes saborear siempre que quieras-susurré acercándome a sus labios, capturando el inferior con suavidad entre mis dientes

Fui tras él y lo abracé desde atrás, rodeando con mis brazos su cintura.
-Sí, adoro la pasta-confesé sonriendo mientras me dedicaba a dar besos por su ancha espalda

Suspiré y me separé de él yendo hacia el armario donde guardaba los platos para poner dos y saqué también cubiertos del cajón.
Los coloqué en la mesa de la cocina y cuando terminé miré a Luc, observando lo que hacía

Cuando hizo aquel comentario reí divertida. Podía dejar de mirarlo pero no quería perderme algo que me gustaba tanto.
-Que amable-musité al ver como retiraba la silla para que me sentara y así lo hice

Demasiado tarde, ya había captado ese pensamiento. Yo solo era una huerfanita que no había sido preparada para ser princesa y su prometida era...perfecta para él.
-Ajam...es bueno saberlo-dije distraídamente mientras miraba la comida de mi plato y la rozaba con el tenedor sin llegar a pincharla