Una noche con Leo (+18)

Noté sus ansias de estar junto a mí, casi tantas como las mías por permanecer junto a ella pero eso no era posible.
-Pero no debes usar tu poder para eso ya que el tiempo debe pasar y debemos intentar que no nos importe- susurré con una tierna sonrisa acariciando su cabello con dulzura.
Escuché lo que dijo, ¿yo exagerar? jamás, solo veía lo que tenía delante. Me incliné hacia delante, dejándola recostada en la cama conmigo sobre ella
-No exagero, es lo que siento-

Sonreí, la verdad es que no me lo había planteado en serio, la posibilidad se me habia pasado por la cabeza pero no lo había descartado rápidamente, y dejado por imposible...


Acaricie su pelo, sintiendole sobre mi, me mordí el labio para después rozar suavemente con mis labios la punta de su nariz - ¿pero cómo...? - dije inocentemente, ya que yo sentía lo mismo - si nos acabamos de conocer...

Mis ojos estaban fijos en los suyos, como si al desviar mi mirada me pudiese perder un detalle de vida o muerte.
Cuando su nariz rozó la mía con gesto cariñoso, la arrugué de forma divertida y mordí su punta juguetonamente. No sabía por qué todo con ella era así pero el caso es que lo era.
-No lo sé pero eres la primera chica con la que tras acostarme no salí corriendo ni tengo intenciones de hacerlo-susurré con suavidad

Me miró fijamente y no pude hacer más que mantenerle la mirada, me estaba volviendo loca, reí graciosa cuando me mordío la punta de la nariz, y después mordí su garganta con suavidad, con dulzura..

No lo entendía, pero eso era lo mágico, el tenía a Hannah y yo se suponía que después de Stephan había prometido no volver a sentir nada por nadie ¿mantendría mi promesa? ¿o Leo rompería esa barrera que había puesto cubriendome de la gente?

- no lo hagas - le dije bajando por su cuello hasta su hombro dandole besos - no lo hagas - repetí.

Su mordida juguetona en mi cuello me causó risa pero esta desapareció de inmediato al sentir sus besos por mi cuello y hombro. No entendía la frase que susurraba ¿qué no dabía hacer?
-¿Qué quieres decir?

Le miré dulcemente, no me había explicado bien.. - no salgas corriendo - le dije en un suspiro para después quedarme mirandole a los ojos fijamente, esperando su reacción y rogando porque fuese positiva.

Bajé mis labios hasta los suyos, besándola con ternura antes de alejarme de nuevo y posar mi frente sobre la suya. No tenía intención alguna de marcharme de su lado, no aún.
-Me quedaré contigo

Asentí con la cabeza sonriendo feliz un par de instantes, para volver a ponerme seria, normal, mirandole con ternura

- ¿Hasta que amanezca? - pregunté con voz seductora acomodandome debajo de él y por tanto rozandole todo.

Un gruñido se escapó de mis labios al sentir cada palmo de su piel rozar contra la mía, demasiado sensual.
-Hasta que amanezca-confirmé aun que no sabía si eso sería suficiente. La buscaría la noche siguiente y la llevaría a cenar a algún lugar lindo

Miré los grandes ventanales que daban a la piscina - apenas quedan un par de horas - le dije sin dejar de mirar la noche llena de estrellas.

-Podemos aprovecharlas- susurré abrazándola fuertemente contra mi cuerpo. El amanecer no era el fin, solo una especie de "hasta luego" porque no pensaba dejar de verla...

Me giré hacia él todavía entre sus brazos dejando nuestra cara a pocos centímetros - ¿a sí? - le dije entre divertida y provocativa - ¿tienes alguna idea?

Él tenía razón podíamos aprovechar las horas que quedasen y después volver a vernos..

Al ver su provocación no pude menos que sonreír.Mis manos descendieron por su suave piel hasta su trasero, donde se posaron con suavidad
-Creo que alguna pero casi todas clasificadas para chicas de tu edad- bromeé siguiéndole el juego con actitud animada.

Besé sus labios dulcemente mientras todo mi cuerpo se erizaba ante el contacto de sus manos.

Reí al escucharle - quizás tendría que ser yo la que te lo dijesse a ti... - le dije con tono de broma aunque quizás no lo fuese..

Reí divertido aun que tenía razón, ella debía de tener muchos años de vida sin embargo yo apenas 21.
-Parecer una joven y seductora chica de 18 años, así que soy yo el adulto-susurré bromeando sobre sus labios antes de capturar el inferior, dándole una mordida suave

pasee mis manos por su espalda con sus labios entre los mios..

- Cuerpo de 18 años, experiencia de muchos más - dije dejandome a su total disposición - pero cuando estoy contigo es comos i todo fuese un nuevo mundo..

Su mano por mi espalda me hizo estremecer, ¿a caso esas palabras que salían entre sus labios podían ser más sensuales?.Era pecado y a la vez inocencia, ángel y demonio, una total mezcla explosiva.
-Para mí lo es...-confesé estrechándola contra mi cuerpo

Volvi a besarle con pasión - no quiero asustarte - le dije tímida apoyando mi cara en su pecho. Sabía que él sabía lo que yo era, pero debía avisarle de lo que podía pasar si volvía a enloquecerme con sus caricias tanto como antes. Podía perder el control y no quería hacerle nada..

Seguí aquel beso con una agonizante pasión la cual amenazaba con volver a hacerla mía una y otra vez. Sus labios se alejaron de los míos dejándome con la respiración agitada y lleno de confusión al escuchar sus palabras.
-No me das miedo, aun que me mordieras-respondí acariciando el cabello que caía esparcido sobre mi pecho

- Yo me doy miedo, no sé si podré controlarme siempre - le dije en un suspiro levantando la cabeza, la verdad es que verle así, desnudo sobre mi cama, con la respiracióna gitada y no besarle era un gran gran pecado...
Así que volví a besarle con ansia deseando ser suya en ese momento y volvíendo a ese estado frenético de locura y necesidad de él.

- Me odiaría si te hiciera daño - le dije en un susurro apagado por la necesidad urgente de besarle

Sus palabras mostraban la verdadera preocupación que sentía por su naturaleza pero no recordaba que yo era un demonio?. Mis palabras fueron interrumpidas por su beso, un beso en el que nuestras lenguas jugaban enredándose, demostrando lo que queríamos hacer con nuestros cuerpos.
-No me harás daño, incluso me atrae la idea-susurré cogiendo su cara entre mis manos. Mis labios esbozaron una ladeada sonrisa antes de volver a besarla

Dijese lo que dijese, yo tendría cuidado, aunque si seguía besandome así perderia la poca cordura que me quedaba. También tenía razón mucho daño no le haría, e incluso llevaba algo de razón en que era una idea atrayente, el deseo de morderle me había perseguido durante toda la noche, su sangre... me atraía.. me atraía mucho y la sensación que Stephan, por lo que me habia contado, había sentido no había echo más que agrandar el placer del climax.

Baje hasta su garganta y le di un beso despacio con la boca entreabierta - por ahora puedo controlarme - dije en un susurró sensual antes de subir y besarle de forma ansiosa y pasional

Sus labios en mi garganta erizaron mi piel. Cerré mis ojos disfrutando de aquella sensación de su aliento contra mi cuello antes de volver a abrirlos al oír sus palabas.
-No tienes que controlarte, solo se tú-susurré antes de apoderarme de sus labios en un apasionado beso que ella había iniciado. Ahora dudaba de mi autocontrol

Arropé su cuerpo con mis piernas, ya que este se encontraba entre ellas. Sonreí de forma pícara ante sus palabras.

- No deberías haber dicho eso - le dije bromeando de forma sensual antes de darle la vuelta y colocarme encima besandolo con más pasión incluso que antes y moviendome sobre su miembro, rozandolo y excitandolo por sorpresa.

Me rodeó con sus piernas por lo que una sonrisa apareció en mi rostro pero al ver su siguiente movimiento, el cual me dejó completamente confundido y debajo de su cuerpo. Empezó a moverse sobre mi miembro como si de hacer el amor se tratase. Mi excitación creció rápidamente y un gruñido por el placer y la sorpresa fue ahogado en aquel apasionado beso pero... esta vez me tocaba dirigir a mí