Perdida en la oscuridad (libre)

En realidad no. Tenía una hermanastra, un desquiciado que la había mandado a secuestrar, algunos conocidos y a James, el único que la hacía sentir bien.
- Pues sí, sólo tengo un muy buen amigo que me salva las papas a menudo - comentó sonriendo. Era una pena que no pudiese decirle la verdad.

- Se llama James..- comentó mirando hacia atrás y los nervios le invadieron el cuerpo al oír eso.
- Pero qué.. qué pasa..- dijo automáticamente, y se aferró al brazo del lobo.

Observó aquella sonrisa, y antes que nada, sacarse la duda.
- ¿Lo conoces? - preguntó sin soltarlo, mirando en la dirección que él miraba.

Lo miró sonriendo levemente e hizo lo que él le dijo sin saber muy bien el por qué, y en ese momento, la potencia de aquel ataque la aventó contra la pared, pero sin hacerle daño.
Ella también poseía ese poder, pero sólo le salía a veces. Aún no lo podía controlar.

Asintió y tomó su mano para levantarse, sacudiendo su falda.
- No te preocupes - dijo sonriendo tranquilamente.
- ¿Ya pasó todo? - preguntó niña, con un tono dulce.

Asintió con la cabeza, sonriendo ahora un poco mas cálida y tomó de su mano nuevamente para caminar por donde él le indicaba.

Siguió caminando con él con una sonrisa dibujada en el rostro y lo miró a los ojos.
- ¿Conoces a bastantes personas aquí a pesar de ser recién llegad? -

Alzó ambas cejas, sonriendo dulcemente.
- Vaya.. que suerte. Yo me he topado con todos raritos..- comentó bromeando y miró aquel camino y asintió, comenzando a caminar ahora ella adelante, sin soltarlo.

Empezaron a caminar nuevamente, pero era ella la que ahora guiaba.
Siguieron así unos segundos hasta que ¡Oh sorpresa! En frente de ellos estaba el fin del callejón.
- Creo que.. no es por aquí - dijo sonriendo, volteándose para mirarlo a los ojos.

En el instante que iba a decir algo, comenzó a sentirse algo mareada, pero lo intentó discimular.
Caminó hasta apoyarse en la pared, mirando al suelo.

Se llevó una mano a su frente, y se dejó deslizar por la pared.
Desde aquel encuentro con Luca y el despertar de su demonio interior, no había podido tener un control completo como antes. Se estaba corrompiendo, y quería salir, nuevamente..
- No pasa nada, tranquilo..-

Asintió con la cabeza colocando sus manos de manera que oculten su rostro.
Desde aquel enfrentamiento con Luca, su equilibrio estaba, en cierta forma, a la deriva.

Lo miró a los ojos en un momento, pero estos ya se presentaban marrones. Era la misma mirada de Fraiah, sólo que con un toque de cierta oscuridad que daba escalofríos.
La presencia de un vedadero demonio se hacía presente en el lugar..