Una noche con Leo (+18)

Sonreí, tenerle siempre pegado a mí, podía lelgar a sonar demasiado bien. Pero me encantaba oírselo decir. Era tan dulce.

- Creo que me va a gustar lo que nos depara el futuro - le dije con cariño, de pronto una pregunta llego a mi cabeza - ¿por qué renunciaste a tus alas? - ya que los demonios, solían haber sido ángeles

-Mi historia es al revés de todas...-empecé a relatar con una sonrisa en mis labios mientras acariciaba su cabello distraídamente -Yo nací ángel pero al culparme a mí mismo de la muerte de mi madre mi alma conoció el odio y ahora intento ganarme de nuevo las alas al saber que no tuve la culpa del todo

Levanté más aún la cabeza para poder mirarle a los ojos, escuché con atención y mi mirada se lleno de dolor..

- Tú no tuviste la culpa de nada - le dije levantando una de mis manos para acariciarle la cara y el cuello - esas cosas pasan, no podemos controlarlas por desgracia, las recuperarás cariño, las recuperarás.

Su ternura y su compasión me hacía entender que jamás volvería a sentirme solo junto a ella. Era lo que siempre había necesitado...la parte complementaria de mi alma.
-Te quiero-susurré antes de besar sus labios con lentitud

Sus palabras me llenaban por completo, eran sinceras y llenas de ternura. Nunca me habían parecido tan perfectas, hacía mcuho que esas palabras no tenían sentido para mi. Continué su beso con dulzura, uniendome a él y sintiendo que nos fundiamos en uno.

Me alejé de sus labios muy a mi pesar y sonreí tiernamente. Me habría encantado quedarme así con ella pero era imposible.
-¿Te apetece desayunar?-pregunté esperando que aceptara mi invitación aun que al ser mitad vampira tal vez no comía nada

Sonreí cuando nos separamos y caminé hasta la habitación para coger la camisa que él había llevado puesta la noche anterior, me la coloqué y fui hacía Leo abrochandome los botones.

- Parecía comoda.. - dije divertida para escuchar después su proposición de bajar a la cocina a desayunar algo, la verdad es que ya empezaba atner algo de hambre, la sangre de Leo me había saciado momentaneamente, pero al ser un demonio y no un humano no me alimentaba igual.

- ¿acaso también sabes cocinar? - Le dije sorprendida

Caminé tras ella hacia la habitación y no pude evitar reír al ver como se ponía mi camisa. Le quedaba realmente sexy, mucho mejor que a mí.
Bajamos a la cocina y me apoyé en la encimera con aire de superioridad ¿qué si sabía cocinar? pues claro que sí.
-Pide lo que quieras

Le miré de forma orgullosa, cuando dijo que pidiese lo que quisiera..
Al verle apoyado en la encimera me mordí el labio, o él era perfecto o yo había perdido realmente la cabeza, porque le veía así..
Me sente en la mesa dejando que mis piernas colgasen sin llegar al suelo.

- Bueno.. - le dije divertida - si tanto sabes, preparame algo italiano, algo que me haga sentir como si estuviese otra vez en Verona - le dije acariciando las palabras que salían de mi boca como si de una melodía se tratase...

-¿Algo italiano para desayunar?- me quedé pensativo unos momentos. ¿Qué podía prepararle para que quedara realmente impresionada? Se me ocurrió algo fácil unos tramezzini serían perfectos. Miré por los armarios buscando los ingredientes para preparar esos ricos bollos y me sorprendí al encontrar todo lo que necesitaba.
-¿Quieres café o zumo?-le pregunté mientras empezaba a preparar todo

Sonreí al ver cómo se quedaba pensativo, me gusto la expresión que puso cuando, o eso parecía, tuvo alguna idea. Sus ojos brillaron y en unos pocos instantes se dio la vuelta y empezo a coger cosas de los armarios y a prepararlas.

- Zumo - dije alegremente mientras me balanceaba intentando ver algo, para saber que me estaba preparando

-No mires- dije riendo divertido al ver como intentaba observar por encima del hombro. Puse los bollos en el horno y saqué dos vasos para servir el zumo. No tardaríamos demasiado en desayunar. A los cinco minutos sonó el timbre del horno y los saqué para rellenarlos de jamón y otros de mantequilla y en fin, de lo que había.
-Espero que te guste, no cocino bien pero la intención es lo que cuenta

Bajé de la mesa y pusé las manos en su cintura, dandole algún que otro beso en la espalda, y asomandome de vez en cuando para intentar ver lo que cocinaba, pese a que me había dicho que no mirase.

Aspiré el dulce olor que salió del horno al abrirlo - Dios mio, huele fenómenal - dije cerrando los ojos y apoyando la cabeza en su espalda, dejando que el olor me transportarse a mi tierra natal

Reía por las cosquillas que me proporcionaban sus besos en mi espalda además de su gesto infantil de mirar sobre mi hombro.
-Gracias-dije cuando alabó el olor de los bollos y sin moverme demasiado ya que estaba demasiado cómodo con ella abrazándome desde atrás, terminé de preparar todo

Pasé la cabeza por debajo de su brazo para ver por fin lo que había preparado. Había echo Tramezzini, y olían tan bien, me mordí el labio y le miré..

- Gracias - le dije agradecida para darle un beso en la mejilla - ¿Quieres que comamos aquí o en el jardín?

Cuando pasó la cabeza por mi brazo no pude evitar reír pero mi risa se calmó ante su tierno beso en mi mejilla.
-No ha sido nada-dije sincero dando un leve beso en sus labios-¿En el jardín? pero solo si te pones algo más de ropa, no quiero que nadie más que yo te vea así

Reí ante su repentino ataque de celos, le miré de forma apasionada, sí, sin duda esta vez estaba con quién debía estar, todas sus exprsiones y reacciones me encntaban - Traquilo mi amor, los jardines son absolutamente privados - dije girando y quedando frente a él - además - dije bajando la voz como si fuese un secreto inconfesable - yo soy sólo tuya..

Solté todo el aire que había contenido por los celos cuando dijo que los jardines eran privados pero no estaba preparado para escuchar lo siguiente. Me tomó desprevenido y me hizo estremecer alimentando mi orgullo masculino.
-Tu ser mía-bromeé con una sonrisa y la cogí en brazos como si de una noche de bodas se tratase

Me agarré a su cuello sin poder parar de reirme cuando me alzó - por supuesto y tu ser mi Tarzán - le dije antes de besarle con pasión mientras revolvía su pelo con cariño

Sonreí divertido al ver como seguía mi broma. La besé con igual pasión antes de volver a dejarla en el suelo para poder llevar el desayuno hasta el jardín
-Odio esto-dije aún cogiéndola por la cintura y mirando la bandeja de comida con cierto fastidio

Sonreí con cariño cuando me bajo al suelo y le mire extrañada cuando dijo que odiaba algo.. ¿algo... el qué? ¿qué le revolviesen el pelo? ¿los jardines? vi como miraba la comida ¿acaso odiaba comer?

- ¿el qué? - dije con algo de la diversión que todavía me quedaba

-Alejarme de ti durante más de dos segundos-dije sonriendo divertido por su confusión. ¿Qué se pensaba que odiaba? su cabecita era un misterio para mí, quíen sabía todo lo que pasaba por ella

No pude evitar reir para después acercarmer a él y besarle con cariño, un beso rápido lleno de sentimientos encontrados.

- Tenemos tiempo - le dije sin perder la sonrisa, después le guiñe un ojo y le saque la lengua para después morderla con aire divertido - aunque no se si será suficiente para saciarme

Cuando dijo aquello reí realmente divertido y la atraje más contra mi cuerpo de la cintura.
-Bueno, tienes suerte de que no sea humano-susurré en su oído antes de morder este. Me alejé de u cuerpo cogiendo la bandeja y andé hacia el jardín. No me faltaban ganas para tomarla una y otra vez pero hacerlo difícil era más divertido

¿y ahora me provoca y se aleja? ¡Lo mato, difinitivamente! Pero la verdad es que si no comiamos algo nos ibamos a morir de cansancio o de hambre, reí por la idea de morir sólo porque no pudiesmos parar de tocarnos. Que muerte más dulce..
Pero bueno si quería volver a jugar.. yo no sería la que perdiese, me dije divertida a mi misma y le agarré por la cintura ya que él llevaba la bandeja y yo tenía mis dos manos libres, tocando su abdomen al tiempo que seguía sus pasos