Una noche con Leo (+18)

Cuando me volvió a manchar no pude evitar reír. Éramos dos niños jugando a querernos y era un sentimiento bastante hermoso como para dejarlo ir.
-Bueno a ver... no conozco a mi madre, nací hace 21 años y ella murió poco después del parto. Entonces mi padre y yo nos mudamos a un orfanato donde conocí a las hermanas Armstrong. Mi vida era normal y bueno lo sigue siendo- Le conté acariciando su cintura ya que estaba sentada sobre mí -repecto a mis gustos pues... pregunta y contesto pero antes ¿tú que historias tienes que hayan marcado tu vida?

Le acaricié la cara cuando mencionó a su madre - yo tampoco la conozco - le dije con comprensión. Cuando preguntó por mi historia, no pude evitar reirme..

- ¿de verdad quieres que te resuma casi dos mil años de existencia? - dije bromeando pero antes de ver su cara seguí hablando - pues nací cuando se llevaba la toga, por cierto, gran adelanto los pantalones, aunque la toga era bastante comoda - dije como comentario - Estuve unos años en mi país de origen, La bella Italia - dije nostálgica - estuve en multitud de guerras, y en una de ellas conocí... - me quedé callada al darme cuenta de que inconscientemente iba a hablar de stephan

¿2000 años? bueno si que era mayor que yo pero por suerte no los aparentaba. Reí cuando mencionó lo de la toga...seguro que se veía muy sensual con ella.
-Algún día te liaré en una sábana- dije de broma aun que hablaba en serio de cierto modo.
La escuché contar su relato pero de repente se calló ¿qué ocurría?. Acaricié su mejilla con ternura.
-¿Pasa algo?- pregunté intrigado - si no quieres contarme no tienes que hacerlo

Respiré despacio, todavía apoyada en él y pusé mis manos encima de las suyas, no había motivo para no contárselo, era mi pasado y no tenía nada que ver con el futuro.

- En una de ellas conocí a Stephan, un humano - dije de carrerilla, cerrando los ojos y dejando que los recuerdos llegasen a mi - nos enamoramos rápidamente, no me tuvo miedo cuando supo lo que era, lo que en aquella época era un logro

Escuché su relato. Asi que se enamoró de un humano hacía tiempo y él la aceptó tal y como era... Debían de haberse amado mucho pues sentía que a ella aún le dolía en cierto modo recordarlo.
-Las historias de amor siempre nos marcan- dije dando un leve beso en su cabeza. ¿Ella aún sentiría algo por él?¿seguiría vivo aún ese tal Stephan?

Sonreí de forma cansada, bueno si le había contado eso tendría que contarle todo lo que esa historia conllevó

- Sí bueno, la cosa es - dije sintiendo como me besaba en la cabeza, era tan cariñoso - que me casé con él, y acabé convirtiendole.. - le estaba contando mi historia más dolorosa, mi pasado más doloroso. - estuvimos juntos siglos, pero hace mucho tiempo que no sé donde estará

Que se abriera a mí de esa forma significaba mucho, quería decir que confiaba en mí, que no le importaba exponerse a sufrir... que quería que no hubiera ningún secreto entre nosotros.
-¿Se fue?- pregunté con cierto temor y rabia. Si la había abandonado, ese chico era un completo idiota que no valía nada pero...¿aún estarían casados?

Negué con la cabeza suavemente al escucharle, no, yo había sido la que una mañana me había levantado y había decidido no quedarme más con él..

- Simplemente un día me fuí - le dije sin más - nos queríamos muchisimo pero al mismo tiempo nos odiabamos, peleabamos sin parar, la situación era insostenible - le dije. Años después volví a buscarle, pero.. ya no estaba y no he sabido de él desde entonces..

Se fue ella...Tal vez sus motivos eran buenos pero no lo suficiente para que su marido no se enfadase. ¿Y si conmigo pasaba igual? que un día simplemente ya no apareciera más en mi vida...
-¿Quieres encontrarlo?- pregunté queriendo saber la respuesta pero al mismo tiempo preferiendo no saberlo.

Le miré sorprendida y al mismo tiempo comprendiendo su pregunta, era normal, al igual que yo había preguntado, él tenía el mismo derecho a dudar, al fin y al cabo nos acababamos de conocer..
Le abracé y le di un beso en los labios - ya no - dije totalmente decidida, y segura de mi respuesta.

Su beso me hizo sentir más seguro junto con sus brazos a mi alrededor. No le importaba ya encontrarlo pero si lo hacía la dejaría ir con él si ella así lo quería...
-Es una buena respuesta- comenté con una sonrisa mientras deslizaba mis manos por su piel

Sonreí con la frente apoyada en la suya, y besé su frente - si, no está mal - le dije bromeando antes de apoyar mis manos en su espalda acariciandola.

- Estoy contigo - le dije susurrandole - estamos juntos.

Sonreí cuando besó mi frente de esa forma tan tierna pero no pude evitar reír por su comentario. Deslizó mis manos por mi espalda acariciándola y dijo aquellas palabras que me sonaban demasiado bien. Era cierto, estábamos juntos y esperaba que por mucho tiempo.
-Y arrugados- susurré en su oído rompiendo el encanto de la situación por la broma

No pude evitar reirme cuando dijo eso, y volvi a ser consciente del agua a nuestro alrededor, que estaba ya prácticamente fría ya.

- Tienes razón - le dije divertida - salgamos antes de que nos quedemos como pasas..

-Bueno incluso como una pasa te vería bella- dije sonriendo divertido y saliendo de la bañera para después ofrecerle una mano para ayudarla a salir. Sabía que era más ágil incluso que yo pero de todas formas era un gesto caballeroso que nunca estaba de más

Acepté su mano agarrandola con cariño y saliendo de la bañera de un pequeño salto quedandome frente a él. Le miré directamente a los ojos - Te quiero ¿lo sabes verdad? - le dije de forma dulce pero seria - Haría lo que fuese por ti..

Cuando quedó frente a mí acaricié su rostro con ternura. ¿Me quería? yo también la quería a ella...¿haría cualquier cosa por mí? yo incluso arriesgaría mi vida por salvar la suya.
-Yo también a ti Bella-dije antes de besar sus labios fugazmente y alejarme de nuevo para coger dos toallas y ofrecerle una de ellas.
A veces mi comportamiento era algo frío pero me sentía asustado por todo lo que estaba ocurriendo. Como si lo no sucedido en años pasara en segundos

Su voz me clamaba, nadie había conseguido que me comportara así, así de bien..

¿quieres decir comportarte como un ángel? Sacando tu parte buena..

Le di las gracias mentalmente a mi subconsciente, eso era realmente lo que quería decir, con Leo no era mala, al menos no tanto, y eso era relajante..

Su repentino alejamiento me extraño, pero no dije nada, todo era demasiado extraño, a la reina del hielo, a icegirl, de repente le entraban ganas de decir te quiero a un chico del que no sabía nada, y con el que llevaba apenas un día. Para mí era también díficil de asimilar.

Acepté la toalla dejandolé espacio y sin dejar de sonreir, aunque hubiese querido dejar de hacerlo, no hubiese podido..

Enrollé mi toalla por mi cadera y al levantar de nuevo la vista hacia Bella, esta estaba sonriendo de esa forma que lograba hacerme sentir como en el mismo limbo pues el cielo era un asco.
-¿Eres feliz?-pregunté con una sonrisa, atrayéndola con mis manos en su cintura de nuevo hacia mi cuerpo

Me coloqué la toalla a la altura del pecho, acomodandola para que no se cayese de ahí, le escuché sin dejar de sonreír y dejé que me guiase hasta él para apoyar después la cabeza en su pecho, permitiendome perderme entre sus brazos, aspire su olor tranquilamente

- ¿acaso me ves triste? - le dije con un tono algo divertido.

-No, tienes la misma cara que una niña pequeña con un caramelo-dije sonriendo divertido. Apoyé levemente mi barbilla sobre su cabeza, la cual estaba sobre mi pecho ¿escucharía mis latidos?

Rei suavemente en su pecho mientras sentía como su pecho subia y bajaba por sus tranquilas respiraciones.

- Eso te convierte en mi caramelo - le dije alzando la cabeza para lamerle los labios de forma juguetona.

-Pues los caramelos son pegajosos-dije con una sonrisa antes de que retirara su lengua de mis labios y se la atrapé con ellos. Si quería jugar jugaríamos los dos no solo ella

Quisé reirme cuando atrapo mi lengua con sus labios pero mi cuerpo reacciono automáticamente besandole con dulzura. Me separé un poco lentamente, apenas unos milimetros, lo suficiente para poder hablar.

- Pues por mí, que se me pegue para siempre - le dije sonriendo.

Seguí aquel tierno beso, una lástima que fuera tan corto pero merecía la pena escuchar lo que Bella tenía que decir.
-Pues a partir de ahora ya sabes que estaré siempre pegadito a ti- bromeé ya que tampoco iba a agobiarla, solo era una forma de hablar